Concluido en el año 1900, tras casi veinticinco de construcción, el palacio de Murga, hoy conocido como el palacio de Linares, se sitúa en una de las plazas que jalonan la arteria principal que recorre de norte a sur la ciudad capital de estos reinos, acompañando la estatua de la diosa Cibeles.
Hoy sábado, sin ahondar excesivamente en el asunto, se propone a su consideración, improbable lector, una composición heráldica que, a buen seguro, ha observado en más de una ocasión. Aquella que corona la fachada principal del palacio.
Don José Murga y Reolid, quien ordenara construir su palacio de Linares, nació en 1833 en Madrid, y falleció sin hijos en 1902, en su propia residencia.
Una de las mayores fortunas de España, debía su patrimonio a los negocios en Cuba y a la industria del ferrocarril.
Fue creado I marqués de Linares y I vizconde de Llanteno en 1873, por su lealtad a la dinastía española de Saboya, entonces reinante.
Sus títulos pasaron a sobrinos segundos y se mantienen vigentes. Con uno de los descendientes de esos títulados, don Nicolás Murga Font, compañero de armas y empleo, tuve el honor de coincidir en Afganistán durante dos meses de misión. Persona de gran cultura y educación.
Orlando las armas talladas en piedra del I marqués de Linares en la fachada principal, se representa el manto de la orden de Isabel la católica.
La corona carece de bonete toda vez que el marquesado fue creado sin grandeza.







































El normal desarrollo del programa del curso de la escuela Marqués de Avilés sobre ciencias heroicas, que se imparte desde octubre hasta junio, exige que al menos una vez al mes se acuda a escuchar una conferencia. Conferencia habitualmente abierta al público que desee acudir para su recreo y solaz, toda vez que los temas escogidos abordan siempre áreas de nuestras ciencias de verdadero interés.
Si desea acudir, improbable lector, el lugar en el que se desarrollará la charla será el Centro riojano de Madrid, situado en la primera planta del número veinticinco de la calle Serrano de Madrid. El portal hace esquina con la calle Hermosilla.












