Manteniendo el repaso de las diferentes casas nobles de mayor antigüedad se proponen ahora las armas que ostenta el ducado de Cardona.
El ducado de Cardona fue creado por el rey de Aragón don Fernando II,
el católico, a favor de don Joan Folc de Cardona, V conde Cardona. Este condado previo data de la nada despreciable fecha de 1375, en que don Pedro, rey de Aragón, creó conde al XIII señor de Cardona.
Se trata en consecuencia de uno de los títulos de mayor antigüedad no solo del reino de Aragón, sino de todo el resto de España.
Las armas que han pasado a la historia como propias del título no demuestran tamaña antigüedad en su diseño, manifestando su modernidad en los diferentes
engrandecimientos heráldicos, a través de la anexión de nuevas armas a las originales, consecuencia habitualmente de enlaces matrimoniales.
Se trata de un escudo partido. Primero: cuartelado en sotuer, con primero y cuarto de Aragón (en oro, los cuatro palos de gules); segundo de Cardona (en gules tres cardos de oro puestos en palo; y tercero de los Anjou reinantes en Sicilia (un campo de azur sembrado de lises de oro, con lambel de gules de tres pendientes).
Segundo: Las armas de Aragón-Dos Sicilias, que son igualmente cuarteladas en sotuer. Primero y cuarto de Aragón; y segundo y tercero con el águila exployada de sable de los Hohenstaufen, en campo de plata.
Conviene añadir aquí un somero comentario sobre la partición del cuartelado en aspa. Al igual que la partición cuartelada en cruz para combinar dos armerías, inventada como se expuso hace tiempo por la curia de funcionarios del rey san Fernando III de Castilla y León, la partición cuartelada en sotuer para disponer la combinación de dos armerías es considerada universalmente como propia del reino de Aragón.
Así, en la etapa inicial del uso de armerías, esta partición fue absolutamente común en el entorno geográfico de los diferentes territorios que componían la corona de Aragón. Los hijos de los reyes aragoneses que no sucedían en la titularidad del reino diferenciaron de esta forma las armas heredadas del padre. El influjo se hizo notar, por imitación, en el resto de la sociedad de los territorios aludidos hasta el extremo de ser considerada una partición endémica del reino.
El único caso relevante de armerías dispuestas de este modo en el reino castellano viene manifestado a través de las armas de los Mendoza, señores del real de Manzanares y después marqueses de Santillana y duques del Infantado, que cuartelaban en sotuer las armas de los propios Mendoza con los de la Vega.
Esta excepción no hace sino confirmar esa partición como propia del reino aragonés, toda vez que quien ordenó cuartear las armas de esta forma no fue otro que don Iñigo López de Mendoza y de la Vega, conocido magnate castellano del siglo XIV que vivió durante su juventud en la corte del rey de Aragón en Barcelona y que cuarteló en aspa las armas paternas con las maternas por imitación de los usos catalano-aragoneses.