lunes, 12 de septiembre de 2011

ELENCO DE AUTORIDADES

Superada la sequía estival, vuelvo a anegar este espacio virtual, improbable lector, aburriéndole con el goteo sucesivo de plomizas entradas que, a pesar de inundar su ya empapado asombro intelectual, tiene la deferencia de estar leyendo.
Hoy, en contra del siempre acertado criterio de mi esposa, doña Aranzazu Piedrafita Martín, de los Piedrafita de toda la vida de Zaragoza, propongo a su consideración una información tediosa, como de costumbre.
Decíamos ayer, que fui invitado a participar en el capítulo bienal (como ya sabe bienal significa cada dos años, bianual indica una cadencia de seis meses) que la Real y militar de san Hermenegildo convocó para el diecinueve de junio en el extraordinario, por antiguo, marco del monasterio de El Escorial
(atención al correcto escudo que campea, en la fotografía que sigue, tras el príncipe de Asturias).
En el acto final, la reunión social, de los tres que componen el capítulo, se dio cita una buena parte del tout heraldique, de la comunidad heráldica casi al completo. Expongo en forma de relación pormenorizada, aburrida en consecuencia, la serie de conocidos representantes de nuestras ciencias con los que tuve ocasión de charlar (una forma metódica de iniciar la cadencia en el ritmo):
El general de división jefe de mi Real hermandad de san Fernando, don Feliciano Calvo; don José Luis Sampedro Escolar y su ingente cultura nobiliaria y genealógica; nada menos que el distinguidísimo alcalde mayor del solar de Tejada, acompañado de su hijo Guillermo, desplazados para la ocasión desde Chile; don Fernando Herrera Hume, de los condes de Gómara, de llamativa educación para su juventud, insigne miembro de Hispagen;
el marqués de la Floresta, uniformado de marino civil, acompañado por varios de sus distinguidos hijos; mi general jefe de la intendencia de aviación, don Francisco Javier Benítez Eiroa que es, además de halconero del Real gremio, fumador incorregible y un excelente, por divertido, compañero de charla;
el teniente coronel don Eduardo García-Menacho y Osset, de los condes de Santa Marina, que fue en buena medida organizador del acto social y al que trasmito mi agradecimiento y felicitación; el barón de Gavín, con su excelente humor e ingente bagaje, a pesar de dimes y diretes;
don Antonio de Castro García de Tejada, uniformado de halconero mayor del reino, riojano de cultura ejemplar que animaba la charla de los diferentes grupos por los que iba pasando; don Faustino Menéndez-Pidal de Navascués, el maestro, con todo su grandísimo poso heráldico, quien me preguntó  por el asunto de los tres muebles de sable; don Manuel Ladrón de Guevara e Isasa, tesorero de Hidalgos de España; y don Manuel Pardo de Vera, de Hidalgos.
Por último reseñar que se encontraban presentes, aunque no tuve ocasión de departir con ellos, el infante de España don Carlos de Borbón-Dos Sicilias; don Manuel Rodríguez de Maribona y Dávila, que intercambiaba opiniones con don Luis Valero de Bernabé y Martín de Eugenio, marqués de Casa Real; don José María Rico Rico perteneciente a las más esclarecidas órdenes de caballería; don José María Moreno de Barreda y Moreno, de la orden de Malta; don Francisco Javier García-Faria del Corral, presidente de los caballeros cubicularios de Zamora; y don Valentín de Céspedes y Aréchaga, de Hidalgos.