Convendrá conmigo, improbable lector, que es siempre interesante para un heraldista conocer los motivos, las causas que intervinieron en la elección de los diferentes elementos que conforman unas armerías.
Don Juan Ranea y García, marqués del Tamujoso, en el reino del Maestrazgo, ha tenido la deferencia de remitir mensaje, a petición de quien redacta este tedioso blog, dando cumplida explicación de los motivos que condujeron a la adopción de sus armas de nueva creación.
Armas, no obstante, que la comunidad heráldica conocía a través de
la página de don Ignacio Koblischek, el imprescindible RIAG, y por medio del siempre deslumbrante (y según palabras expresadas en su propia página
gratuíto) arte manifestado en el
blog de don Carlos Navarro Gazapo.
Las armas de don Juan Ranea se blasonaron en RIAG según esta fórmula:
De oro, una cruz especular trebolada de sable, en punta ondas de azur y plata cargadas de un cisne de lo mismo picado de oro.
Cimera: una corona de doce puntas ó de hidalgo antiguo de oro sumada de un cisne naciente de plata, picado de oro.
Lema: Nobilitas sola est atqve vnica virtvs (Noble se puede llamar el que por naturaleza es inclinado a la virtud).
Exponiendo el siguiente dibujo:
Abundando en lo anterior, registró don Juan Ranea recientemente sus armas recurriendo al magisterio del doctor don José María de Montells y Galán, en su calidad de Juez de armas. El resultado se materializó en un soberbio despliegue heráldico:
Los motivos de disposición de los diferentes muebles se desgranan en esta somera explicación que trasmite el propio don Juan:
El linaje primitivo de Ranea, nacido en Galicia, en Oiro ó Boiro, según Vicente de Cadenas, trae por armas un castillo de oro, símbolo del poder señorial, ardiendo con siete cisnes blancos (símbolo de la hidalguía sin mancha desde antiguo) nadando a sus pies, orgullosos de su gesta.
Como los siete Infantes de Lara cada uno viene a significar un personaje que tuvo su grado de participación en la hazaña de tomar y destruir el castillo. Y es que, justo tras la boda de los Reyes Católicos, tuvo lugar la primera revuelta Irmandiña en Galicia, donde la pequeña nobleza y el pueblo llano se rebelaron contra los señores feudales opresores de estos, acabando con el símbolo de su poder, el castillo.
Los Reyes Católicos decretaron perdonar a los levantiscos, a cambio de que lucharan en la marca andaluza contra los moros ya cerca de Granada; así de esta manera el linaje Ranea llegó a la Axarquía malagueña.
En jefe trae tres estrellas puestas en faja, premios concedidos por derramar sangre de la cabeza por su señor en el combate.
El Cronista Oficial de la Ciudad de Burgos, en colaboración con el de Bilbao, realizó el siguiente estudio que resumo:
"El apellido Ranea pertenece a una deformación gráfica del noble linaje de Rana, muy corriente en aquellos tiempos, denominándose indistintamente Rana, Rano y Ranea. Según algunos genealogistas es oriundo de Italia donde tuvo sus primeras casas solariegas. Pasaron sus ramas a Francia fundando diversas casas y torres, más tarde pasó a España en la época de la Reconquista y se establecieron por Aragón con casa en las montañas de Huesca y Teruel. Una de sus ramas más notables en España fue la establecida en Galicia, siendo la que dio nuevas armas a este linaje. Caballeros gallegos pasaron a indias para establecerse en Venezuela, Argentina y Cuba. Menciones de su paso tenemos por Vascongadas, La Rioja y Portugal. Este linaje tiene probada su nobleza repetidas veces ante las órdenes Militares de Santiago, Carlos III y San Juan de Jerusalén (Malta) y ante Reales Chancillerías.
Sus armas: en campo de azur, un castillo de oro, ardiendo, colocado sobre ondas de agua de azur y plata, en las que nadan siete cisnes blancos; en jefe tres estrellas, de oro, puestas en faja."
Según mis investigaciones acerca de los Repartimientos de Comares, el origen de todos los Ranea es un lugar llamado "Los Ventorros de Comares” y “Lagar de Paredes”, ambas pedanías cercanas a Comares. Visitando el lugar comprobé que la mayoría de los vecinos son de apellido Ranea, así como también la mayor parte de la población de Comares tiene a Ranea como primer ó segundo apellido.
Según parece, los Ranea llegaron a Comares (Málaga), que era una fortaleza mora (desde la que veían totalmente el Mediterráneo), con la Reina Isabel La Católica, que llevó colonos del norte para la conquista y posterior repoblación.
No obstante, hoy día apenas si hay 700 personas censadas en el mundo con el apellido Ranea, la mayor parte entre España y Argentina con origen en la Axarquía malagueña y ligadas entre sí familiarmente.
En relación a los motivos de elección de los muebles de mis armas, éstos son los detalles:
Como puedes apreciar, este escudo es una revitalización del primitivo blasón Ranea, quinientos años después, que he decidido adoptar para mi rama familiar, nuevo cabo armero.
La representación del cisne quiere ser recuerdo de esa hidalguía antigua que nada entre ondas de azur y plata, representación de la extensión del mundo, con todos sus trabajos y tentaciones, herencia de aquellos siete del primitivo blasón medieval.
En abismo, he añadido una cruz especular trebolada, de sable, también llamada castrense o de las Navas de Tolosa. Cruz que refleja (“…así en la tierra como en el cielo…”) la nobleza y virtud terrenal que conduce a la salvación celestial.
Esta cruz aparece tallada en múltiples pilas bautismales como las de las catedrales de Toledo y Jaén.
Quiero citar para concluir mi argumentación un fragmento del libro de Job (7,1) en el Antiguo Testamento, que reza así: “Militia est vita hominis super terram”. Éste es nuestro sino y motivo de estas armerías.
Un fuerte abrazo
Juan Ranea y García