sábado, 24 de septiembre de 2011

RÉPLICA DEL MAESTRO MONTELLS

RESPUESTA DEL DOCTOR DE MONTELLS

Por el doctor don José María de Montells y Galán
I vizconde de Portadei, en el reino de Georgia
Juez de armas de la Orden de san Lázaro


Qdo. José Juan:

Debido a una casualidad, sin duda, escribía yo hoy en el Blog de los Doce Linajes de Soria sobre las travesuras del diablo Abagamael, impresor de los infiernos, y un libro mío sobre la caballería lazarista cuando me topo con nuevas referencias infundadas sobre la corona que timbra las armas de un amigo entrañable. No sé si esta vez Abagamael tendrá algo que ver. Me temo que no. Se deben, una vez más, a J. L. Sampedro.

Y a propósito del título de la entrada de hoy de tu Blog, (Nueva respuesta a los ataques) recuerdo a esa cima del pensamiento heráldico-nobiliarista que sus matizaciones a las armas del Marqués de la Floresta fue el hecho que desencadenó el rifirrafe. Hacerse la víctima es, de seguro, una excelente táctica pero no se ajusta a la realidad. Y me permito señalarle que enseñar al que no sabe es, desde antiguo, una obra de misericordia, en modo alguno, un ataque.

El "maestro" Sampedro, asevera luego que fui Jefe del Gabinete de mi querido y admirado amigo don Juan Van Halen, cuando este presidió la Asamblea de Madrid, por algún tiempo, (dos años justos, transcurridos los cuales, dimití) hecho notorio, conocido y público. Fue época gozosa que no he olvidado, ni mucho menos. Acontece que uno es discreto y no gusta de alardear de nada. Sobre esto de dimitir es conducta que he practicado en ocasiones. El mismo "maestro" Sampedro fue testigo de mi renuncia en la Academia Matritense, de la que no dejo de regocijarme y que no he vuelto a mencionar. Sí, fui Director General y ¿qué?

Respecto de las armas de don Juan Van Halen, aconsejo al despistado "maestro" Sampedro, siempre tan presto a la denuncia de supuestas irregularidades, que consulte el documentado artículo LAS ARMAS DE LOS VAN HALEN de Manuel Rodríguez de Maribona publicado en la Revista Iberoamericana de Heráldica nº 9, sobre la evolución de las armerías de los Van Halen. Es muy interesante y tiene cumplida información sobre su familia flamenca y la baronía de Weert, baronía por la que, seguramente el Rey, mejor informado que el "maestro" Sampedro, le firmó una foto dedicada. En relación con la corona condal que puede verse sobre su escudo, corresponde a un título otorgado por SAR don Irakly Bagration de Moukhrani en los años setenta y del que el senador, soy testigo privilegiado, no ha hecho uso en España nunca. Así que nuevamente el "maestro" pincha en hueso. También recomiendo al "maestro" Sampedro que lea el "Nobiliaire des Pays-Bas, et du Comté de Bourgogne", Louvain, 1760 (2 tomos y 6 suplementos), o que lea "Liste des personnes et des familles admises aux Lignages de Bruxelles depuis le XVI siécle jusqu'en 1792", de Désiré van der Meulen, Anvers. 1869, o que busque en la Orden de la Jarretera, año 1339, Caballeros creados por Eduardo III., por si le queda alguna duda.

El maestro Van Halen (éste, sí) es un tipo estupendo, ingenioso e inteligente. Tiene la suficiente bonhomía como para tomarse estas cosas con humor y además, se sabe defender solo. Así que de maestro a "maestro", la cosa no tiene color. El ínclito Sampedro debe medir sus ansias de destacar, cuando ello implica a personas honorables y decentes. Creo yo.

Y una última cosa:

Opinar sobre la oportunidad de publicar en el Blog de Heráldica determinados escritos no constituye, en mi opinión, matar al mensajero. Es simplemente mostrar preocupación por el deterioro de un medio que es referente para todos aquellos que nos interesamos por estas cosas. La abundancia de polémicas insulsas y reiterativas puede ir en su detrimento. Te ruego que lo tomes como una muestra del afecto que, sinceramente, te tengo. Quedo tuyo, con un abrazo.

José María de Montells y Galán

MENSAJE DEL SENADOR VAN HALEN

APORTACIÓN DE DON JUAN VAN HALEN

Senador del Reino


Señor Carrión:

Ante todo le felicito por su reciente cumpleaños y por la libertad de opiniones de que hace gala su blog.

Cargo ya bastantes años y no pocas experiencias como para distraer la madurez -ya nos lo aconsejó el invicto hidalgo Alonso Quijano- “en pláticas con fulleros y malandrines que acaso aspiran a medir su magro brillo en la estatura de otros”.

El ilustrado tratadista heráldico-genealógico-histórico-dinástico oriental don José Luis Sampedro socorre mi memoria y me ofrece la limosna de recordarme un hecho y una corona; los dos recuerdos son para mí gozosos. Y los dos están presentes en mi memoria porque, por fortuna y toco madera, no he recibido aún la visita del tan temido doctor alemán Alois Alzheimer.

El primer hecho que me recuerda tan digno prócer (Estamento de Próceres se denominó el Senado en su momento) es algo tan afortunado para mí como que el doctor Montells ejerció el dignísimo cargo de Director General del Gabinete de la Presidencia de la Asamblea de Madrid en mis tiempos de presidente. Lo desvela el señor Sampedro con el énfasis de quien susurra algo prohibido o nefando. No es el nombramiento del doctor Montells para ese cargo ningún secreto turbio que “haya que olvidar decir”. Se publicó en su día en el Boletín Oficial correspondiente. Cualquier mortal puede leerlo sin temor a contaminación alguna.

El segundo regalo que recibo de tan digno tratadista es su alerta sobre una grave incorrección en mis Armas. Por lo visto la corona que las timbra es impropia y, además, ilegítima. Lo primero que debería hacer en justicia es agradecer al señor Sampedro su amable advertencia. Aunque creo que lo primero ha de ser aclararle que no se trata de una corona de barón sino de conde. No se preocupe el ilustre más de la cuenta. El más mimado escrito puede tener un borrón porque la tinta es saltarina.

Y aclaro al señor Sampedro: el blasón se destinó a una obra sobre Georgia, su Casa y los españoles, por eso luce la Gran Cruz de la Orden del Águila de Georgia. Yo no lo encargué ni lo organicé pero lo autoricé, no sé siquiera quien lo dibujó, y me hizo no poca ilusión que se me solicitase desde la propia Casa. No sé si se habrá publicado en alguna otra obra de similar o cercano tema.

Y una brizna de Historia que sin duda nuestro tratadista conoce: el 12 de junio de 1820 los rusos dieron batalla a tribus caucásicas rebeldes en Joserek (Georgia) y al mando del ala de la Caballería cosaca que tomó el fuerte cabalgaba el mayor don Juan Van Halen y Sarti, antepasado directo mío. Por aquella acción recibió Van Halen las Cruces de San Wladimiro y de San Jorge, esta última la más alta condecoración imperial al valor militar. No digo que ese hecho de armas deba conocerlo el señor Sampedro por la participación de mi antepasado en él sino porque el general en jefe de aquel Ejército era el célebre Yermolov y nuestro tratadista es versado en asuntos rusos.

El 2 de marzo de 1971 el Príncipe Irakly de Bagration, jefe de la Casa de Georgia, me hizo el honor de concederme el condado de Joserek en recuerdo de mi antepasado y de aquella acción; el documento fue legitimado ante notario por su creador. Lo agradecí y lo tomé como lo que era: una muestra de afecto; sin más. No entré ni entro al caso en dinastías, ramas, derechos ni genealogías; sólo en el delicado presente. Para mí no fue otra cosa. Exclusivo valor sentimental.

Es obvio que nunca se me ocurrió utilizar en España ni en ninguna otra parte de este inhóspito mundo tal título. Aparece en esa versión del blasón –que no sé cómo llegó al blog ni quien autorizó su publicación, yo no- como homenaje de gratitud a Georgia y a la Casa de Bagration y con un destino determinado. Tranquilícese el señor Sampedro. Las Armas que utilizo como mías también están publicadas en revistas y libros históricos, incluso en las “Memorias” de don Juan Van Halen y Sarti, que llegó a teniente general y primer comandante en jefe del Ejército Belga, y a mariscal de campo en España, en donde recibió dos cruces de San Fernando. Debió ser hombre de armas tomar.

Me quita un peso de encima el digno e ilustrado tratadista heráldico de referencia cuando me excluye del directorio de los amigos que “le interesan”. No coincido con su concepto de la amistad como algo que “interesa” o no “interesa”. Nunca busqué o eludí las amistades por interés. Felicito al profesor Martínez Llorente por ser uno de los elegidos en el santoral amistoso del señor Sampedro, pero sinceramente no llego a envidiarle por ello. Que a él le escriba privadamente y a mí en el blog es una prueba de que el señor Sampedro es un espadachín que no mide la longitud de su sable en comparación con el del adversario. Ya lo escribió con gracia el dignísimo abuelo de mi amigo Alfonso Ussía:"Cuatro Quiñones son pocos / hacen falta más Quiñones".

Es la segunda vez que leo al señor Sampedro remachar algo tan obvio como que una foto dedicada del Rey a alguien tratándole en ella como titulado no supone, desde luego, la autorización regia para utilizar dicho título. Pero si se mirase el dignísimo tratadista al corazón que, para su orientación, es una víscera vital que late debajo del cobijo de la cartera, nos confesaría entre éxtasis, aunque fuese como una travesura, que le gustaría no poco tener en un marco a su nombre una de esas fotos, como titulado, dedicadas por regia mano. Pero no es el caso.
 
Lo que estoy por asegurar que le encantaría y le produciría un gozo cósmico a nuestro ilustre tratadista sería ser Caballero Gran Cruz de la Orden imperial de Santa Ana. Igualmente, supongo que habrá sido recibido en la Asamblea de la Nobleza Imperial Rusa, y desde luego, si no lo ha sido, creo que tampoco le haría ascos. Pues ambas circunstancias se dan en un servidor de Dios y del señor Sampedro, por bondad de S.A.I. el Gran Duque Wladimiro, y por nobleza hereditaria del Imperio. Pero, eso sí, la corona (de conde, no de barón) en mis Armas no es apropiada. Muy agradecido al señor Sampedro por la limosna de su sabiduría. Y por mi parte la polémica ha concluido. Me voy a atender asuntos más interesantes, como dice él. El poeta dejó escrito: “voy de mi corazón a mis asuntos” (Miguel Hernández) Lo malo es que nuestro ilustre tratadista no se fue a atender sus más interesantes asuntos en lugar de escribir sobre el personal asunto de la organización de las Armas del doctor Marqués de la Floresta, por ejemplo. La que se ha liado por su supuesto inmarcesible celo.
 
Juan Van-Halen Acedo

viernes, 23 de septiembre de 2011

EN DEFENSA DEL REDACTOR DEL BLOG DE HERÁLDICA

Hoy es el cumpleaños de mi excelente hijo mayor, don Arturo Carrión y Piedrafita, Rangel y Martín, conde de la Real Distinción, en el reino del Maestrazgo, a quien llamaba la atención hace unos días, el significado parlante de las armas que anteceden a estas líneas. Como es costumbre, y por darme el placer de escribir hilando ideas, le aburriré, improbable lector, con una breve introducción:
En una remota ocasión me permití exponer a su, con tanta pelea heráldica agotado intelecto, que el tipificado saludo que supone estrechar las manos quiere significar un símbolo de no agresión.
(Puede volver a hastiarse con la lectura de la entrada a la que hago referencia, improbable lector, pulsando sobre este enlace:

En castellano nombramos a ese acto de voluntad pacificadora estrechar las manos, en lengua inglesa prefieren la expresión shake (agitar) hands (manos).
El admirado William Shakespeare, cuyo apellido significa en consecuencia con lo anterior lanza agitada, y cuyas parlantes armas fueron estas,
expuso sabiamente que Es óptimo anunciar con cien lenguas el mensaje agradable. Pero es preferible que las malas noticias se revelen por sí solas. Este texto hace alusión a la costumbre, tan ejecutada a lo largo de la historia, de matar al mensajero. Matar al mensajero que porta malas noticias.

Tan insulsa reflexión sirve como introducción al texto que don Javier de Cruïlles, de los barones de Cruïlles, él mismo marqués del Arroyo del Castillo en el Maestrazgo independiente, ha tenido la deferencia de publicar en su blog de heráldica catalana.
Texto en defensa del redactor del blog de heráldica contra los recientes ataques desarrollados por parte de algunos próceres heráldicos que se permiten matar al mensajero.
El enlace al texto es el que sigue:
http://heraldicacatalana.blogspot.com/2011/09/blog-de-heraldica.html

DEFENSA DEL MAESTRO SAMPEDRO

NUEVA RESPUESTA A LOS ATAQUES

Por don José Luis Sampedro Escolar
Numerario de la Real y Matritense Academia de Heráldica y Genealogía

Estimado amigo José Juan: reiterando mi línea de actuación, no voy a hacer consideraciones personales acerca del bien conocido senador Van Halen, salvo recordar, porque muchas veces se olvidan decirlo, que el también implicado en esta disputa J.M. Montells fue jefe de su Gabinete durante algún tiempo cuando el senador Van Halen ostentaba la presidencia de la Asamblea Legislativa de la Comunidad Autónoma de Madrid.
En lo referente al blog, la heráldica, manifestaré que la corona que timbra las armas que parece se le atribuyen en el mismo no se corresponde con ninguna dignidad ni título nobiliario que tenga autorizado el senador Van Halen por el Ministerio de Justicia para su uso en España según la legislación vigente, a salvo que, según la nueva doctrina jurídica de su entorno científico, el tener una fotografía firmada por Su majestad el Rey en la que le llama “barón” ya sea constitutivo de tal autorización para uso en España de mercedes nobiliarias ajenas a nuestro ordenamiento.

Me adelanto a dar argumentos contrarios a esa posibilidad: el difunto Alexis Brimayer, sedicente Volodar de Ukrania y Soberano de la orden Ecuménica de Malta, exhibía correspondencia con el Palacio de la Zarzuela que le daba tratamiento y titulación principescos, pero nadie serio admite este fenómeno como prueba de legitimidad de sus estrambóticas pretensiones.Tengo otros asuntos más interesantes que atender para extenderme en esto.

En cuanto al profesor Martínez Llorente, único cuya amistad me interesa de todo el numeroso frente defensor del vizconde de Ayala que se ha movido recientemente a esta Cruzada, ya le he contestado por coreo privado.

Una vez más, mis mejores deseos para el blog que espero siga siendo de Heráldica.

José Luis Sampedro Escolar

jueves, 22 de septiembre de 2011

EL POEMA DE CARRIÓN

Me he tomado el día de permiso y en consecuencia el blog también. Hoy, el Sálvame de Luxe heráldico se aplazará unas horas. Y es que ha sido mi cumpleaños. Cumplo el 21 de septiembre, improbable lector. Todos los años el mismo día.
He recibido varios regalos. Expondré uno de ellos.

El romance es una forma poética propia de la tradición literaria española. Comenzó siendo una composición oral que, en torno al siglo XV, se comenzó a expresar por escrito. Su métrica es asonante cada dos versos. Sigue vigente.
En una ocasión, este es el enlace, expuse algún dato sobre un afamado autor literario, el capitán don Armando Manrique Cerrato, que además de ser excepcional amigo de sus amigos, es poeta de renombre como atestiguan las visitas a su blog.
Me permito proponer a su cultivada consideración, improbable lector, el excelente romance que me ha remitido como regalo de cumpleaños:

EL ROMANCE DE CARRIÓN

Hoy, Don José Juan Carrión
y Rangel, para más señas,
un recio y noble español,
¡Comandante de Intendencia!
erudito e ilustrado,
de muy lustrosa apariencia,
que también es Licenciado
en Económicas Ciencias,
además de San Fernando
Caballero de grandeza,
pues vaya, que cumple los años
y le he escrito este poema.

Tiene él un Blog de Heráldica
donde muestra su sapiencia,
que de armas, reyes, escudos,
de linajes y leyendas,
de medievales andanzas,
de grandes hazañas épicas,
de cuarteles de sinople,
azur, sable o lo que sea,
de todo eso, Carrión,
es el tío una eminencia.

Su sitio es de lo mejor
que hay en la red cibernética
y, oiga, en cuanto a visitas,
impresiona su afluencia,
la mitad de la mitad,
¡Yo para el mío quisiera!

Se codea con los condes,
los duques y la nobleza,
por ello en doctas tertulias
discuten de sus rarezas
que este mundo de la heráldica,
no está exento de polémica,
la del Marqués de Del Bosque
fue, por cierto, la repera.

Pero bueno, él es también
¡Comandante de Intendencia!
Como no fue el “number one”
al salir de la Academia,
es por ello que en Canarias
coincidieron nuestras sendas.

Buenos tiempos de asaderos,
y de playas, y de juergas
de partiditas de pocha,
de charlas y de cervezas,
por allí en el balneario
muy cerquita de la SEA
o quizá cuando esperábamos
para coger la estafeta.

Luego estuvo en Badajoz,
en la Real Talavera,
aunque breve fue su paso
por la provincia extremeña
ya que extraño se encontraba
entre tanto “pata negra”.

Mandáronle a Afganistán
a una complicada empresa;
allí dirigió un convoy
por esa indómita tierra
y allí, por esos desiertos,
casi acaba eso en tragedia.
Por allá los talibanes
su misión aún la recuerdan,
su gran arrojo y valor
su marcialidad y fiereza.

Ya en Madrid estuvo en MAPER,
encontrarlo era un dilema,
por entre aquellos pasillos
de La Casa gigantesca.

Ahora está en el Hospital
General de la Defensa;
no se asusten porque él
no se mueve de la SEA
controlando los dineros
que se gasta en la asistencia.

Casado con Doña Arancha,
mujer elegante y bella;
Arturo, su primogénito
y la segunda, Almudena,
sin duda, “gente decente”,
respetable, culta y seria,
con muy sólidos valores
y con importante hacienda.

Con casa en Torrelodones,
de la autovía muy cerca,
donde izar quizá algún día
su bandera de presencia.

Pues sí, “improbable lector”,
esta ha sido la reseña
de la vida de este hombre,
sin duda grande e intensa.

Carrión, es tu cumpleaños,
pues que sea ¡Enhorabuena!
Cuarenta y pocos, no muchos
y que además no aparentas
(y no pienses que esto es sólo
una licencia poética)

Que los cumplas muchos más
y que celebres tu fiesta.
Un abrazo de este amigo
que te aprecia y te recuerda.

Armando Manrique Cerrato
21 septiembre 2011

CUESTIÓN LANZADA A LA COMUNIDAD HERÁLDICA

LA VOZ FLANGE

Por don Jordi Esclarmunt, vizconde de Spes en el reino del Maestrazgo
Heraldista


Don José Juan, lo primero saludarle y desearle que usted y los suyos estén perfectamente bien.

Siempre que tengo ocasión, como bien sabe, hago tanto como puedo para aumentar mis pobres conocimientos en esta ciencia que es la Heráldica. El tema que voy a plantearle sin duda podría ocupar uno de los posts para su blog, si se me permite la broma. Como ve, me dirijo a usted de nuevo para "aprovecharme" de su amabilidad y sus conocimientos, así como de los de sus eruditos amigos.

Sin más paso a explicarme: repasando como hago a menudo, la gran obra de don Vicente de Cadenas, Cronista y Rey de Armas del reino de España, (que en paz descanse) Heraldario español, europeo y americano. Tomo I, encontré el término Flange, absolutamente desconocido para mí y que don Vicente define como: "Flange: faja que tiene de ancho la decimoctava parte del escudo."

Buscando en la red, pude encontrar que algunos dicen que Flange es: "Término usado por heraldistas y utilizado para determinar el flanquisado o al cuartelado en aspa." Naturalmente confío mucho más en los conocimientos de don Vicente.

Dicho esto, le plantearé unas preguntas sobre ese término en cuestión. ¿Entiendo que un escudo en flange es aquel que está dividido en nueve "fajitas" de un esmalte y en nueve de otro, o se trata de una sola "fajita" de tamaño reducido a esa medida? ¿Cuándo comienza a usarse el término flange? ¿Es medieval o se introdujo en los siglos XVII o XVIII con el auge de esta ciencia? ¿Acaso su procedencia es francesa? (Por algún motivo ese término heráldico me parece un vocablo francés).

Estoy seguro que si está en su mano o en la de sus contertulios responder a estas preguntas o a alguna de ellas, lo hará como siempre lo ha hecho tan amablemente.

Mis saludos más sinceros,

Jordi Esclarmunt, vizconde de Spes

miércoles, 21 de septiembre de 2011

HUMOR

Intentaré relajar un poco el tirante estado de cosas.

Adjunto, tal cual lo he recibido, un mensaje remitido por mi admirado marqués de Empinar del Codo. Quizás le interese a usted mismo, improbable lector:

MENSAJE DEL MARQUÉS DE EMPINAR DEL CODO

Militar retirado
Rentista

JJ:

Por fin he encontrado algo que de verdad te va a gustar. Entérate y si está bien me apunto contigo:


El marqués de Empinar del Codo

RESPUESTA DEL MAESTRO SAMPEDRO

RESPUESTA A LOS ATAQUES

Por don José Luis Sampedro Escolar
Numerario de la Real y Matritense Academia de Heráldica y Genealogía


Estimado amigo José Juan:

Felicito al vizconde de Ayala por tener amigos tan prestos a defenderlo en lo personal, máxime cuando no había ataque personal previo.

Dejaré al margen las gratuitas opiniones personales de J.M. Montells, que no interesan a los estudiosos de la heráldica y que sólo a J.M. Montells desacreditan, pasando a materias objeto de este blog. Decir que el Reino de España ha declarado que el marquesado de la Floresta lleva aparejada la Grandeza de España nos da idea de la calidad de los conocimientos de nobiliaria y derecho de J.M. Montells. No voy a entrar en discutir lo obvio: las sentencias y autos judiciales no “crean” mercedes y dignidades nobiliarias, se limitan, en su caso, a atribuir la titularidad de las existentes. Crearlas por esta vía no se adecúa al Derecho español tradicional, ni al vigente ni al que se hubiere de tener por extinguido.

Dice J.M. Montells, refiriéndose al reconocimiento de la Grandeza al marqués de la Floresta: “El expediente administrativo está a punto de concluirse con la entrega de la real carta por parte del Ministerio de Justicia”. En septiembre de 2011 emplazo J.M. Montells a que nos informe en cuanto se publique por el Ministerio competente esa “inminente” carta de sucesión de la Grandeza de España a favor del marqués de La Floresta. Mientras no se produzca tal acontecimiento, que podría glosar Leire Pajín, sería más prudente no usar el bonete de Grande.

Respecto al uso de la insignia de la orden de Carlos III, la elegante frase del poeta Montells “…es decir, que las cruces de las Órdenes las pone cada quisque como quiere, y todo lo demás son opiniones, algunas estimables, y las del señor Sampedro no…” tampoco merece más comentario que repetirla para acreditar a su autor como heraldista. Pero aprenda a leer J.M. Montells, pues no me he pronunciado acerca de ninguna concesión de la cruz de caballero de la Orden de Carlos III, ni tan siquiera de la de su defendido, es por tanto gratuita su frase: “aunque a él no le guste ni apruebe que haya merecido del Rey la preciada cruz de Carlos III”.

Con respecto a la cruz de la orden de Santiago no hace sino refrendar lo que yo digo, así que no he de pararme tampoco en ello. Se trata de una cruz portuguesa y no de la Orden española de Santiago.

Con amigos como J.M. Montells se llega más lejos que sin ellos. Dice el poeta, refiriéndose al marqués: “En los últimos años, las circunstancias familiares y laborales le han llevado a distanciarse de la Orden de San Juan y apenas usa ni luce la blanca cruz de ocho puntas. Pero el derecho a usarla y a lucirla desde luego que no le falta”. No había yo aludido para nada a la cruz de San Juan de Jerusalén que a veces aparece en armas del ahora vizconde de Ayala, dado que no se hacía presente en la entrada de este blog objeto de mis anteriores comentarios. Al respecto sólo puedo reproducir lo que dice la cancillería de la orden de Malta: ni el marqués de la Floresta, ni el vizconde de Ayala, ni Alfonso Ceballos-Escalera figuraba el viernes 16 de septiembre en el escalafón de la Asamblea Española de la Soberana Orden de Malta, pero, insisto, es asunto en el que yo no había dicho nada. Decir que no le falta el derecho a usar en sus armas esta cruz es afirmación de J.M. Montells que a él incumbe. Claro que Montells tiene afición desmedida a la cruz de San Juan e incluso la ha lucido hace tiempo públicamente.

Los méritos del vizconde de Ayala y la envidia que me susciten son, por supuesto, apreciaciones personales de J.M. Montells, no datos objetivos ni contrastables.

Pero estamos muy de acuerdo en sus últimas palabras: a cada uno lo suyo.Con los mejores deseos para el blog, esperando deje de ser escenario de miserias personalizadas y se ciña a cuestiones rigurosas de la heráldica.

José Luis Sampedro Escolar

ESCRITO RECIBIDO

ESCRITO DE DON JUAN VAN HALEN

Senador del Reino


Mi estimado señor:

No he tratado nunca directamente con usted pero soy habitual lector de su interesante blog heráldico que tengo por una aportación significativa para aquellos que estamos interesados en la Historia, la Heráldica y la Genealogía. Por esta opinión tan positiva de su blog me ha sorprendido mucho que haya aprobado usted la aparición en su tribuna de la comunicación de don José Luis Sampedro sobre la organización de las Armas del Doctor don Alfonso Ceballos-Escalera. Cuando leí el encabezamiento presentando al señor Sampedro como "maestro" pensé que había decidido usted incluir algún trabajo de mi viejo y admirado, miembro de la Real Académia Española, Josè Luis Sampedro, al que he tratado y sigo desde su gran primera novela "Congreso en Estocolmo", publicada hace varios decenios. Sin embargo, ese encabezamiento se refería a otro Josè Luis Sampedro, al que no he tratado estrechamente, contra el que nada tengo salvo mi reproche por esta ligereza y, en efecto, sé que dedica parte de su tiempo a trabajos históricos y heráldicos.

Puedo entender que el asunto de que trata este José Luis Sampedro tenga cierto "morbo", pero tambièn dicen que lo tiene el frívolo y soez programa "La Noria", de Telecinco, y nadie entendería que alguien le otorgase una apariencia de rigor, un disfraz, en una programación seria.

Mire usted, don José Juan, una publicación se acredita merced al rigor y seriedad de lo que en ella se publica; cuando se comete el grave error de prestarse a ser altavoz de un trabajo indigno de figurar en ella, la publicación se desprestigia. Y de eso sé algo porque a través de los años he vivido muchos ejemplos que avalan lo que le digo.

No quiero entrar en polémica. No merecería la pena y sólo supondría una pérdida de tiempo. Coincido con otras opiniones manifestadas sobre este desgrciado asunto en su blog. Simplemente le manifiesto mi extrañeza por su decisión, a mi juicio desafortunada, de abrir su blog a una "doctrina" heráldica de quien probablemente se mueve, y que Dios me perdone si mi juicio es aventurado y erróneo, por el rencor, la envidia, el deseo de servir a intereses diferentes a la realidad jurídica e histórica, o a todas esas cosas juntas. Y esta opinión mía se apuntala en la personalidad científica del Doctor Ceballos-Escalera, avalada por numerosos libros, tres doctorados, una cátedra universitaria, su condición de Castilla y León Rey de Armas, los reconocimientos de varios Estados a su labor... etcétera, etcétera. Que el "maestro" Jose Luis Sampedro se atreva a cuestionar los conocimientos heráldicos del Doctor Ceballos-Escalera al organizar sus Armas, es algo así como si al otro José Luis Sampedro, el fetén, se atreviese a enmendarle la plana en materia de narrativa un audaz novelista con escasos avales públicos o con ninguno. Demasiada audacia para tan escaso equipaje.

Me sorprende no menos que usted considere "maestro" al señor Sampedro hasta el punto de presentarle como tal. Ese desliz, porque a mi juicio lo es, pone en tela de juicio la propia solidez de sus conocimientos sobre Heráldica y daña, aunque usted no lo crea, a su interesante blog, aunque cada cual puede considerar "maestro" a quien quiera. Ahí está el precedente del maestro Ciruelo.

He tenido ocasión de hablar hoy con quien fue Presidente de la Junta de Castilla y León, Ministro y Presidente del Senado, don Juan José Lucas, y debe usted imaginarse que tanto él como su antecesor en la Presidencia de la Junta de Castilla y León, tambien Ministro, don Jesús Posada, que fue quien nombró Cronista de Armas de Castilla y León al Doctor Ceballos-Escalera, y el mismo Presidente actual de la Junta de Castilla y León, señor Herrera, podrían sentirse ofendidos si leyesen la comunicación del señor Sampedro sobre las Armas del Doctor Ceballos-Escalera. Los tres han confiado en los saberes de este ilustre intelectual; uno de ellos al haberle nombrado hace ya muchos años para tan relevante cargo,y los otros dos por haberle tratado y tenido por consejero en estas materias durante sus mandatos. ¿Ahora resulta que un tal señor Sampedro, cuya obra científica obviamente ellos no conocen, y no sé si existe, se permite enmendar la plana a quien en un añejo Reino histórico se le considera un maestro en Heráldica, y esta vez sin comillas? Tengo una muy buena relación con estos señores desde hace muchos años y puedo suponer su disgusto ante las tan arriesgadas aseveraciones heráldicas del señor Sampedro si llegan a conocerlas. En fín, creo sinceramente que usted con esta apuesta, como director del blog, no queda muy bien.

Le agradecería la publicación de estas opiniones, aunque sólo sea por encontrarme tranquilo con mi conciencia tras leer esta sorprente entrada de su blog. He sentido la necesidad de enviarle estas líneas.

Reiterándole mi felicitación por su normalmente lúcido blog, reciba mi cordial saludo.


Dr. Juan Van-Halen
Numerario de la Real Academia de la Mar, y su Bibliotecario.
Numerario de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía.
Correspondiente de las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando
Presidente de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, fundada en 1871.
Gran Cruz de la Orden del Mérito Naval y Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid

martes, 20 de septiembre de 2011

ARMAS EPISCOPALES

LAS ARMAS EPISCOPALES DE MONSEÑOR BERZOSA

Por el barón de Sórvigo
Heraldista


Mi muy querido amigo:

Me ha llenado de alegría la segunda resurrección de este Blog de Heráldica, diario virtual que tanto nos enriquece a quienes gustamos de la ciencia del blasón, al que sigo deseando la mayor pujanza mientras Dios te conserve la salud, el ánimo y la sabiduría para llevarlo a cabo, cosa que espero suceda durante mucho más tiempo.

Querría aprovecharme de tu hospitalidad para comentar un asunto que me viene preocupando desde hace algún tiempo. Me refiero al escudo episcopal adoptado por el obispo Monseñor Raúl Berzosa, recientemente elevado a la sede de Ciudad Rodrigo.
Antes de decir nada, permíteme que me confiese católico practicante (dentro de lo que cabe) y respetuoso con el clero (incluso dentro de lo que no cabe). No quiero que nadie piense que soy un indignado comecuras que aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid para meterse con todo bicho viviente que lleve cruz pectoral. Como tampoco me gustaría que D. Raúl me excomulgue o me quiera regalar con un hisopazo en la cresta por creer que le esté faltando al respeto.
El caso es que no hace mucho tuve conocimiento del escudo con el que D. Raúl ha decidido caracterizar su ministerio episcopal. Quedé, por decirlo de algún modo, anonadado. Capelo, cruz, cartela y boca del escudo son convencionales. Nada que discutir. El problema viene con el escudo propiamente dicho, si es que tal puede llamarse.
Se trata de una composición artística sin ningún punto de referencia que pueda decirse propiamente heráldico. Una pintura que intenta transmitir una idea de alto contenido teológico, aunque -en mi opinión- resulta harto difícil que lo consiga. Comprendo que Monseñor Berzosa es un teólogo de altos vuelos, pero pretender la originalidad de utilizar media Suma Teológica para membretear las cartas, me parece no sólo excesivo sino perjudicial.
Este escudo se centra en la figura de un pan pellizcado, símbolo del reparto del Pan Eucarístico, brochante de la silueta de una paloma en vuelo picado, obvia referencia al Espíritu Santo. Del pan desciende una línea sinuosa, que se interpreta como la sangre de Cristo, línea que baja hacia la punta, donde se encuentra ¿tal vez una cordillera? Pues no: la silueta de una mujer dormida que, según una exégesis que he leído, representa de una sola vez al género humano, a la Virgen María, a la Iglesia, y a la mujer del siglo XXI. ¡Ahí es nada!
Con todos los respetos, hay que decir que esto tiene bastante poco de escudo heráldico. La primera vez que me topé con este diseño, navegando por internet, pensé que había entrado por error en una página de broma: no podía ser que un obispo llevara en su escudo una galleta María, semejante cosa me pareció.
No poco me costó luego cercionarme de la veracidad de tal blasón. Y aun hoy no las tengo todas conmigo en lo que se refiere a que este escudo pueda ser usado en condiciones normales para lo que vale un escudo: ¿se imaginan tener que bordar semejante motivo en una casulla o labrarlo en un pedrusco para colocarlo en una nueva iglesia que consagre el señor Obispo?
Mire usted, Monseñor: no me parece propio de un prelado ponerse por montera la Heráldica, en lo que tiene de ciencia, de tradición, de cultura y de arte, tanto para la Iglesia como para nuestra propia historia, y tirar por la calle de en medio rompiendo todos los esquemas. La Heráldica tiene unos cauces lo suficientemente flexibles como para expresar muchas más cosas de las que pueda usted creer. No es necesario ni conveniente abolirla: para empezar, supone renunciar a una verdadera riqueza que la Iglesia ha atesorado durante siglos, y que el propio Derecho Canónico tiene la voluntad de guardar.
Supongo que las muchas obligaciones de un obispo, y más en los tiempos que corren, le impedirán pensar en un cambio de escudo. Sin embargo, estoy seguro de que cuantos compartimos dedicación a la ciencia Heráldica, estaríamos encantados de que así fuese. Es más, si tanto le gusta a Monseñor su actual blasón, hasta podríamos hacer una colecta entre los lectores del Blog para encargarle un cuadro con ese motivo que, convenientemente colgado en su despacho, puede ser un bonito motivo de conversación para romper el hielo con las visitas. Pero sin forma de escudo, ¿de acuerdo?

Recibe un muy cordial saludo:

El Barón de Sórvigo

lunes, 19 de septiembre de 2011

CERTIFICACIONES DE ARMAS CONFORME A DERECHO

APORTACIÓN SOBRE EL ASUNTO DE LA CONVALIDACIÓN COMO CRONISTA DE ARMAS DEL MARQUÉS DE LA FLORESTA

Por don Carlos Cerda Acevedo
Heraldista



Estimado don José Juan:

Celebro mucho que esté de vuelta en su blog, con sus entradas diarias, siempre de interés para quienes somos partícipes de la Comunidad Heráldica.
Como pudo ver en la última entrada de mi blog, es a usted a quien agradezco en primer lugar en mi entrada por el primer aniversario del "derecho heráldico", puesto que su apoyo fue el primero que recibí dentro de esta comunidad heráldica y la permanente recomendación suya a la lectura de mi blog ha sido un importante impulso para que mis aportaciones se funden con el mayor rigor científico, tanto en el orden jurídico como en esta Ciencia Heroica.
Con respecto a su última entrada de 16 del corriente, a propósito de su asertiva opinión sobre el Dictamen 2347/1995 del Consejo de Estado de España, que "todos conocen pero que pocos han tenido ocasión de estudiar".
Precisamente y desde abril de este año, estoy realizando un examen jurídico de tal decisión del Consejo de Estado, confrontándolo con el sistema jurídico español, tanto positivo como histórico. Hasta ahora, puedo adelantarle que su opinión -esto es, de validar el ejercicio del cargo de Cronista de Armas gentilicias al Excmo. Sr. Dr. Ceballos-Escalera, Vizconde de Ayala y Marqués de la Floresta- es conforme a derecho.
El análisis que realiza el Consejo de Estado español se refiere a una norma de delegación de competencias autonómicas (Real Decreto 2568/1986) la cual, empero, no regla específicamente las competencias relativas al derecho heráldico, por lo que ésa no es la fuente formal a que debe remitirse el decreto 105/1991de la Junta de Castilla y León que le confiere las competencias registrales heráldicas, tanto municipales como gentilicias, del Cronista de Armas de Castilla y León.
Asimismo, el dictamen del Consejo desconoce principios jurídicos básicos y de plena vigencia dentro del derecho español, como el principio de jerarquía normativa, el principio de la especialidad y el principio de presunción de legalidad. El detalle de este informe aún está en desarrollo, pues además de las consulta e interpretación de las normas, debo apoyarme en tratadistas de derecho administrativo español (como los textos de los profesores García de Enterría y Santamaría Pastor) a fin de apoyar mejor esta tesis.
Una vez que termine tal trabajo -que ya se suma a mis deudas para con los lectores de mi blog, que me han planteado algunas preguntas, más un compromiso que adquirí con D. Francisco de las Heras Borrero, del blog de los "Doce Linajes de Soria" para presentarle una publicación; dentro del poco tiempo que me dejan mis ocupaciones forenses y asesoras-, me gustaría remitirle dicho documento y conocer su opinión.

Reciba, como es costumbre, mi atento saludo,

Carlos Cerda Acevedo

NUEVA "APORTACIÓN"

Distinguido Sr. Carrión Rangel,

Sigo habitualmente y con sumo interés su elaborada y profesional página web publicada a modo de blog en http://blogdeheraldica.blogspot.com//, por la que le felicito y hago votos por su continuidad.

En la mañana de hoy me ha sorprendido ver el escrito remitido por mi buen amigo José Luis Sampedro haciendo algunas objeciones al escudo heráldico del actual Vizconde de Ayala y Marqués de la Floresta.

Lamento tener que disentir de lo allí afirmado en lo tocante al lucimiento de la Real Orden de Carlos III por el Sr. Ceballos-Escalera en su escudo así como en la forma de su Corona al timbre y al uso acolado de la Cruz de Santiago. Creo que el desconocimiento y la falta de cercanía con el Sr. Vizconde le han llevado a incurrir en acusaciones infundadas y algo gratuitas, poco ajustadas a la realidad presente respecto de los honores y distinciones de las que es acreedor el mismo, que en nada se corresponden con su habitual y proverbial buen hacer y profesionalidad, y que lamento muy profundamente.

Por tal razón le doy traslado de estas notas con el ánimo de que pudiera mediar ante el Sr. Sampedro Escolar al objeto de obtener una pronta y a buen seguro elegante rectificación de los errores heráldicos y premiales cometidos.

Aprovecho la ocasión para darle traslado de la seguridad de mi consideración más distinguida por su persona y obra.

Dr.D. Félix Martínez Llorente

Profesor Titular de Historia del Derecho y de las Instituciones de la Universidad de Valladolid.
Correspondiente de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.
Colegiado de Número del Colegio Heráldico de España y las Indias.

APORTACIÓN DEL VIZCONDE DE PORTADEI

RESPUESTA DEL DOCTOR DE MONTELLS

Por el doctor don José María de Montells y Galán
I vizconde de Portadei, en el reino de Georgia
Juez de armas de la Orden de san Lázaro


Mi Qdo. amigo:

Con algo de sorpresa y no menor disgusto leemos hoy en el Blog de Heráldica -cuyo prestigio e imparcialidad han sufrido mucho con ello- una “nota” del denominado generosamente por ti, “maestro Sampedro” –que conste que hasta ahora creíamos que el único maestro Sampedro era el eximio escritor y académico nonagenario del mismo homónimo-, en que se dedica a difundir su ignorancia en materia heráldica y en materia nobiliaria, cegado quizá por su propia inanidad, atacando al maestro -este sí, por aquello de ser catedrático universitario- mi amigo el Marqués de La Floresta, a propósito de sus armas.

Me da a mí que lo que molesta al señor Sampedro, aparte del hecho en sí de la enorme distancia nobiliaria y social que le separa del agraviado, es al parecer los ornamentos exteriores del escudo del Marqués, a saber la corona, la cruz santiaguista y la cruz de Carlos III. Obviamente, ninguna de ellas al alcance del señor Sampedro, dicho sea con todo respeto al señor Sampedro.

De la corona, que se muestra cubierta de bonete de terciopelo rojo, nos dice que el Marqués no tiene derecho a ella porque no es Grande de España. Craso error el del “maestro”, ya que el Marqués sí que lo es, y así lo tiene declarado el Reino de España. Y para ser más exacto, me remito a la sentencia firme y definitiva dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Madrid el 16 de octubre de 1989, declarada firme y ejecutoria. Y ejecutada en cuanto a la Grandeza de España mediante Auto de 3 de febrero de 2010, por el que se ordenó al Ministerio de Justicia la expedición de la real carta. El expediente administrativo está a punto de concluirse con la entrega de la real carta por parte del Ministerio de Justicia.

Si el señor Sampedro supiese algo de Derecho nobiliario, o tan solo de Derecho administrativo, sabría perfectamente que el hecho constitutivo de ser o no ser Grande es la sentencia judicial, siendo la obtención de la real carta un mero trámite administrativo posterior. Por lo que el Marqués de La Floresta es Grande de España legalmente, y quien lo niegue corre el riesgo de tener que responder ante los tribunales -cosa que le va a ocurrir enseguida al señor Sampedro, según mis noticias-

Tampoco demuestra un gran conocimiento cuando sostiene su inapropiado ataque en el hecho de que el Marqués no figure como Grande en la última Guía Oficial publicada: pues sabido es que esa publicación solamente se edita y distribuye cada quinquenio. Pero el señor Sampedro bien pudiera haber consultado al interesado, o a la autoridad competente, antes de lanzar esas afirmaciones tan faltas de fundamento, y tan impropias incluso de quien está empeñado en ser autoridad en materias tan ajenas a su formación académica.

Censura igualmente Sampedro la manera de disponer la cruz de caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III en las armas marquesales -es bien sabido que el Marqués de La Floresta es uno de los treinta caballeros hoy vivos de tan prestigiosa Orden-. Al parecer, en su ignorancia del fenómeno heráldico no sabe Sampedro que los ornamentos exteriores del escudo carecen de toda regulación oficial - por parte del Estado español-, salvo en lo tocante a las coronas nobiliarias, reservadas a los titulados por sendas normas del tiempo de los Reyes Católicos y de sus inmediatos sucesores. El resto de insignias y demás paramentos son de uso caprichoso y solamente obedecen a la voluntad de dueños. Bien es verdad que, sólo a partir del siglo XVIII, algunos tratadistas vienen intentando imponer unas normas inexistentes para distinguir los grados, pero sus orientaciones apenas han tenido alcance: es decir, que las cruces de las Órdenes las pone cada quisque como quiere, y todo lo demás son opiniones, algunas estimables, y las del señor Sampedro no. Pero no puede echarle en cara Sampedro al Marqués que haga una cosa a la que tiene perfecto derecho, aunque a él no le guste ni apruebe que haya merecido del Rey la preciada cruz de Carlos III.

Por último, nos indica Sampedro que la cruz de Santiago que ostentan sus armas marquesales no es la de la “Orden de Santiago tradicional”, sino “alguna portuguesa”. ¡Hombre, claro! El Marqués nació en 1957, y lo que Sampedro denomina con imprecisión “la Orden de Santiago tradicional” española, es que no existe desde mayo de 1931, como es bien sabido.

La Orden Militar de Santiago fundada en 1170 tuvo dos ramas, la castellana y la lusitana, ambas legítimas, ambas amparadas por la Santa Sede, y ambas con una existencia pareja. Pero la española se extinguió por decreto en mayo de 1931, y como bien tiene declarado el Tribunal Supremo en sentencia de 28 de noviembre de 2008, esa extinción fue definitiva y la vieja Orden no ha sido nunca restaurada. El mismo Tribunal Supremo, en ese mismo fallo, tiene declarado que las “Órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa” que hoy existen, no son en manera alguna las antiguas extinguidas en 1931, sino unas asociaciones civiles fundadas en 1980 por un grupo de particulares.La Orden Militar de Santiago de la Espada portuguesa, por el contrario, es hoy en día la única heredera legítima y legal de la Orden fundada en Castilla en 1170. Porque, puesta bajo el amparo de los Reyes de Portugal, fue convertida en Orden de Estado en 1789, y reorganizada 1862 y en 1917, y en la actualidad continua existiendo como la segunda Orden de Estado Portugués. Su emblema es, ciertamente, la misma cruz-espada roja -el lagarto-. Y a ella sí que pertenece el Marqués de La Floresta, por haber sido nombrado comendador por albalá del Presidente Portugués dado el 28 de diciembre de 2010, en atención a sus largos y señalados méritos al servicio de la Universidad lusa, en la que entró como profesor en 1992 y de la que es catedrático desde 2006 -y ya le adelanto a Sampedro que su nombramiento también apareció publicado en el Diario Oficial del EStado vecino, no como el de otros sedicentes “abogados del Estado”-.

Dios mediante, precisamente mañana lunes 19 de septiembre, en la Embajada de Portugal en Madrid, va a recibir el Marqués de La Floresta el collar y la placa de comendador de la Orden Militar de Santiago. Y yo, que he sido invitado expresamente a la ceremonia por el embajador Álvaro de Mendonça e Moura, estaré allí para aplaudirle. Por lo que queda demostrado el derecho que le asiste a disponer la cruz santiaguista en sus armerías propias con o sin permiso del citado señor Sampedro.

En cuanto a la cruz de la Orden de Malta que a veces adorna sus armas, pues más de lo mismo. El Marqués de La Floresta ingresó en ella en 1985, y en ella alcanzó a ser caballero de honor y devoción en obediencia y canciller del Subpriorato de San Jorge y Santiago, a más de consejero heráldico del Gran Magisterio, rector de la Academia Melitense y gran cruz con espadas de la Orden del Mérito Melitense. Nada menos. En los últimos años, las circunstancias familiares y laborales le han llevado a distanciarse de la Orden de San Juan y apenas usa ni luce la blanca cruz de ocho puntas. Pero el derecho a usarla y a lucirla desde luego que no le falta.

En suma: Me da a mí que hay que ser muy corto de entendederas para pensar que quien hoy es en España por derecho propio una de las primeras autoridades en los estudios heráldicos, respetado y consultado en toda Europa, iba a ser tan tonto como para hacer de sus propias armerías personales una torpeza que diera alas a los envidiosos de turno -que son multitud- y donde se debe contar, a lo que parece, al precitado el señor Sampedro.

Y es que del talento y de la capacidad de trabajo del Marqués de La Floresta y Vizconde de Ayala dicen bien, no sus títulos nobiliarios ni sus armerías, sino los tres doctorados alcanzados en tres universidades públicas distintas, los 34 libros y más de trescientas monografías y artículos que ha publicado, y el haber sido condecorado ¡once! veces por el Rey de España y por su Gobierno, y otras ¡quince! veces por Gobiernos europeos y Organismos internacionales.

Siento enormemente intervenir en este asunto suscitado por el “maestro Sampedro” que, una vez más, no ha estado fino, ni en sus apreciaciones infundadas ni en sus ridículas descalificaciones, pero un mínimo sentido de lo justo me impele a enviarte estas líneas. A cada cual lo suyo. Y al Marqués de la Floresta, también. Vamos, digo yo.