sábado, 31 de octubre de 2009

MELFORT

Hoy se propone a su consideración, improbable lector, el escudo de la ciudad de Melfort, en la provincia canadiense de Saskatchewan.

Se trata de un cortado encajado. El primer cuartel de sable con rayos de sol de oro puestos en palo y colocados en faja. El segundo cuartel de sinople pleno. Sirven como tenantes dos wapitis. La cimera representa un grifo de sinople del que nacen rayos de sol de oro, saliente del burelete.El escudo es estético, utiliza animales propios de la región y resulta pleno de significado en sus diferentes esmaltes y muebles. Se trata en suma, de una perfecta adaptación de la realidad que se pretende significar utilizando los elementos propios de la heráldica. Un claro ejemplo de acierto en la elección de los esmaltes, de las particiones y de las figuras que, en su composición, muestra inmejorablemente la realidad que se quiere significar.

El verde, el oro y el negro son los colores que ha adoptado como propios esta ciudad de Melfort dado que aluden a la rica tierra negra, al extenso cinturón de explotaciones agrícolas dedicadas al cultivo de trigo y al parque natural que se sitúa en la propia región.Los rayos de oro del primer cuartel indican el sobrenombre que recibe Melfort, la ciudad de las luces del norte, en tanto que el fenómeno atmosférico denominado aurora boreal se manifiesta con especial claridad en aquel territorio.

El campo de sinople pleno expresa la feracidad de la tierra y la consecuente riqueza agraria de aquel lugar.

La cimera alude a la defensa que los habitantes hacen de la riqueza de su tierra, representada en este caso por un grifo guerrero en el que se advierten de nuevo los rayos de la aurora boreal.El wapiti es una subespecie de la familia de los cérvidos endémica de esa región. No en vano el parque natural al que se ha aludido más arriba se denomina Wapiti Regional Park. Así, la disposición de los wapitis como tenantes de las armas de Melfort, al igual que el resto de figuras, demuestra una acertada y consecuente elección.

viernes, 30 de octubre de 2009

MOTIVOS DE ELECCIÓN DE ARMAS EPISCOPALES

Hoy se propone, al hilo de otras entradas recientes relativas a los escudos adoptados por los obispos de Canadá, un nuevo diseño heráldico.

Se trata de las armas de monseñor Richard Gagnon, ordinario de la diócesis de Victoria desde el veinte de julio de 2004.Sus armas están inspiradas en buena medida por el escudo de monseñor Modeste Demers, primer obispo de la isla de Vancouver, que vivió entre 1809 y 1871.

Y es que la relación entre ambos obispos es de carácter familiar toda vez que el obispo Gagnon procede de una rama colateral de la familia Demers.

El escudo que en el siglo XIX escogiera el obispo Demers fue un campo de gules con cruz latina de oro acompañada de dos figuras orando en punta. Estos esmaltes, junto con la cruz, se han mantenido en las armas del actual ordinario de Victoria.Los dos corderos pascuales, los dos agnus Dei, que monseñor Gagnon ha dispuesto en el cantón diestro del jefe y en siniestro de la punta como alternativa y diferenciación de sus propias armas, revela la página de la diócesis, aluden a san Juan Bautista, primo segundo de nuestro señor Jesucristo, dado que el veinticuatro de Junio recibió su ordenación episcopal. Alusión, aunque practicada desde inmemorial, a nuestro juicio errónea, en tanto que el cordero pascual simboliza a Cristo, no a Juan Bautista.

jueves, 29 de octubre de 2009

NUEVO MENSAJE DEL MARQUÉS DE LA FLORESTA


En respuesta al reciente mensaje de don Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, marqués de la Floresta, envié unas breves líneas agradeciendo sus palabras, alabando su actividad a favor de esta ciencia y animándole a mantener su actividad como cronista-rey de armas y el consiguiente ejercicio de certificar composiciones heráldicas.

A vuelta de correo, el marqués ha tenido la deferencia de remitir los párrafos que siguen en relación a las certificaciones heráldicas, junto con un elaborado, interesante y bien argumentado discurso sobre el asunto, que se expondrá en breves fechas.

Estas son las palabras de don Alfonso:Estimado amigo:

Le agradezco sus palabras de apoyo a mi pequeña actividad heráldica.

La realidad cierta es que cuando expido Certificaciones de Armas tengo la ley de mi lado, pero me he cansado de intentar razonar con personas que, o no saben Derecho, o tienen otros intereses particulares que defender, o son simplemente envidiosos. Y no se puede intentar contentar a quien jamás se va a dar por contento.Por lo tanto, yo sigo mi camino, que no es ni ha sido nunca mercantil: baste decir que hay años en los que solamente he expedido UNA única certificación; para mayor ahondamiento, el registro heráldico de la Junta de Castilla y León es público pero además GRATUITO.Comprenderá usted porqué procuro no participar en foros ni debates estériles, aunque los sigo y procuro aprender de lo que en ellos se dice.Leí por eso las entradas de su blog de octubre de 2008 y de mayo de 2009, siendo obligado reconocer que el argumento de éste último, aunque equivocado "in fundamento", al menos era inteligente y razonable.

En fin, el problema de tantos opinantes es que siguen creyendo que la concesión de un escudo de armas (o de una certificación de armas) es un honor público, semejante al de un título (en cuyo caso dependería del Ministerio de Justicia); cuando en realidad hoy en día es una cosa bien distinta, que tiene más que ver con la Cultura, con la protección de marcas y patentes, o con el fomento de la familia y sus valores, que con lo anterior. Así es como se producen tantos diálogos de sordos que hablan de cosas bien distintas.Como curiosidad, le acompaño un texto que hice en su día, y que debo actualizar pronto.

Reciba un cordial saludo:

El marqués de la Floresta.
El texto al que hace alusión el cronista-rey de armas, completa reflexión sobre el pasado y la actulidad de la heráldica, se hará público en breves fechas.

miércoles, 28 de octubre de 2009

TÍTULO DE PRÍNCIPE

Escribe las líneas que siguen don Cristobal Jesús Chacon del Valle para solicitar información sobre los títulos de príncipe:

Me gustaría saber qué tratamiento tienen los príncipes no reales (el actual duque de Medina-Sidonia por ejemplo, es príncipe de Montalbán y de Paternó) ¿Cuales son los meritos para ser nombrado príncipe no real en vez de otra dignidad (duque, marqués u otro título) y cuantos príncipes no reales hay ahora mismo en España? Gracias.Comentando el asunto con don José Luis Sampedro Escolar, se ofreció a remitir unas palabras. Son las que siguen.No todos los miembros dinastas de Familias reales son Príncipes: en España y Portugal, son Infantes, por ejemplo.Tampoco toda persona que ostenta la dignidad de príncipe es Persona Real y en varios países europeos tenían una categoría similar a los duques o a los marqueses. Así, por ejemplo, en Rusia (Orlov, Yussupov,Gagarin,...), Alemania (Bismarck, Büllow), Austria (Metternich) o diferentes títulos de lo que hoy es Italia (Lancelloti, Pignatelli, Borghese, Orsini) junto a la Santa Sede (Civitella Cesi).

No se puede generalizar respecto al tratamiento que les corresponda. Citemos que en España se han reconocido como títulos españoles algunos de príncipe otorgados por nuestros monarcas en momentos en que ejercían soberanía en territorios italianos; unos se han transformado en duques, y recibirían, por ello, tratamiento de Excelencia; otros se consideran marqueses, y habría que distinguir en este supuesto si llevan aparejada la Grandeza, en cuyo caso también serían Excelentísimos señores y, de no ser así, les correspondería el tratamiento de Ilustrísimo señor.

En ese blog ya se ha hablado de los títulos de
príncipe de la Paz, creado para Godoy, y de príncipe de Vergara, otorgado al general Espartero, además de la dignidad de príncipe de la Mar, título que usó don Juan José de Austria.Por último, los Cardenales de la SRI son considerados en el protocolo internacional como miembros de casa soberana o príncipes de la Iglesia y su tratamiento es de Eminencia Reverendísima.

martes, 27 de octubre de 2009

MENSAJE DEL MARQUÉS DE LA FLORESTA

Escribe un atento mensaje don Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, marqués de la Floresta, cronista-rey de armas de Castilla y León, cuyas armas son las que siguen, en relación con el escudo con el que se armó el tristemente fallecido teniente general don Sabino Fernández y Campo, conde de Latores, grande de España.Siendo el marqués el autor de la certificación de armas del general, certificación avalada por el conforme de nuestro rey don Juan Carlos, sus palabras adquieren una especial significación.

Distinguido amigo:

Le remito unas líneas para alabar, por oportuno y por justo, el pequeño homenaje que ha hecho usted hoy al General Fernández Campo, cuya pérdida siento como propia.

La Casa del Rey suele encomendarme, como Cronista de Armas de Castilla y León, la organización de las armerías de los nuevos Grandes y Títulos. Por eso me ocupé en su día de las de don Sabino.

Estas armas tienen dos particularidades dignas de mención:

La primera, que las firmó y autorizó S.M. el Rey “manu regia” (no es el único caso en que S.M. ha suscrito una Certificación de Armas emitida por mi mismo, pero sigue siendo poco frecuente).La segunda, que tal y como ha hecho también con otros de los más egregios servidores de su Casa, le autorizó a incorporar un “jefe de Borbón”, para mayor honra de su linaje.

La Cruz de la Victoria asturiana, con el color del campo mudado al rojo para hacer diferencia de las armas institucionales del Principado, hicieron el resto de esta bonita composición heráldica, de la que me consta que el General quedó muy contento, y así me lo dijo por última vez el pasado mes de junio.

Acompaño una reproducción mejor que la publicada en su blog.Cordialmente:

El marqués de la Floresta

lunes, 26 de octubre de 2009

TENIENTE GENERAL DON SABINO FERNÁNDEZ CAMPO, I CONDE DE LATORES

Ha fallecido el teniente general del cuerpo militar de Intervención don Sabino Fernández y Campo, I conde de Latores, grande de España, vice gran maestre de la orden de caballeros de Santa María de El Puig, en la madrugada de hoy, veintiséis de octubre. Como justo homenaje a quien fue disciplinado y prudente servidor de la casa del rey durante casi dos décadas, se exponen sus armas:Un jefe que presenta las armas de la dinastía del rey al que sirvió fielmente, con las lises puestas en faja y la cruz de la victoria, de oro, en campo de gules.

La cruz de la victoria, de la que en alguna ocasión se ha hablado en este espacio, cuenta la tradición que fue la que utilizó el rey don Pelayo como símbolo preheráldico en el transcurso de la batalla de Covadonga contra los moros, en el año 711. Cruz que aún hoy adorna el ojo principal del puente de la que fuera capital del reino de Asturias, Cangas de Onís. Cruz que permanece como símbolo del actual principado de Asturias.

HERÁLDICA EPISCOPAL

Siguiendo el hilo de la anterior entrada en la que se exponía la evolución de las armas de monseñor LeGatt, de Canadá, hoy se propone a su consideración, improbable lector, un escudo del mismo artista heráldico.

El dibujo que sigue muestra el fenomenal diseño de las armas de monseñor John Stephen Knight, obispo auxiliar de Toronto y titular de Taragua, ya reitrado.Se trata de un elegante escudo de plata con dos espuelas de gules, alusivas a su apellido dado que, como sabe improbable lector, knight significa caballero en lengua inglesa.

La pira de gules con un águila de plata nimbada de oro, simboliza a san Juan evangelista.

Águila que tenemos aún muy presente al haber servido como tenante de las armas de estos reinos durante la monarquía de los reyes católicos y, más recientemente, a lo largo de los años en que la jefatura del Estado fue ocupada por el general Francisco Franco y Bahamonde.Sorprendentemente, explica la red que el nimbo de oro que adorna la cabeza del águila hace referencia a san Esteban, quien fue primero en ser coronado con el martirio en la historia de la cristiandad y que el obispo porta como segundo nombre.Se trata de unas armas registradas ante la autoridad del colegio de armas del reino de Canadá que emitió documento validativo fechado el veinticinco de octubre de 1995.

domingo, 25 de octubre de 2009

EVOLUCIÓN HERÁLDICA

El propio transcurso de la vida hace, no solo que se adopten ideas nuevas, sino que se mude categóricamente de forma de pensar. Esta obviedad se refleja en la heráldica, que al cabo, es un aspecto más de las manifestaciones humanas.

Y es que, como se explicó en una entrada reciente, todo aquello que se dispone en unas armerías, los esmaltes, las particiones, los diferentes muebles, intenta transmitir un mensaje. Consecuentemente, si se alteran las circunstancias personales es lógico que las armas evolucionen de forma pareja.

Hoy se llama su atención, improbable lector, sobre las nuevas armas adoptadas por el arzobispo LeGatt, de la diócesis canadiense de San Bonifacio.

Este arzobispo nació el 6 de mayo de 1953 en Melfort, en la provincia canadiense de Saskatchewan. Vocación tardía, fue ordenado sacerdote en 1983, ya con treinta años de edad, en la ciudad que debe su nombre al consorte de la reina Victoria I de Inglaterra, llamada Príncipe Alberto. Allí permaneció a cargo de una parroquia hasta que, el cinco de octubre de 2001, fue ordenado obispo recibiendo el encargo pastoral de regir la diócesis de Saskatchewan.

Sus armas episcopales, fantásticamente ejecutadas, adoptaron un franco cuartel de armiños como homenaje a sus ascendientes bretones. Recordará, improbable lector, que las armas del que fuera ducado soberano de Bretaña eran un sobrio sembrado de armiños. La gavilla de trigo es alusiva a la eucaristía, las espadas a san Pablo y la paloma, evidentemente al Espíritu Santo. Una representación heráldica del todo estética.

Recientemente, el veintiuno de septiembre de este año, monseñor LeGatt alcazó la condición arzobispal al ser requerido a la diócesis de San Bonifacio, en la provincia de Manitoba de su país. Consecuencia del traslado ha adoptado nuevas armas. Son las que siguen:Mantiene tres alusiones específicas de sus antiguas armerías: Los dos billetes sembrados de armiños, que son de nuevo recuerdo de su ascendencia bretona; la paloma, que representa al Espíritu; por último la gavilla de trigo manifiesta la enseñanza del maestro: Si el grano de trigo no muere, queda sólo un grano, pero si muere, da mucho fruto, del evangelio de Juan, capítulo doce, versículo veinticuatro. Igualmente, en esa extraña costumbre eclesial de buscar significados múltiples que ya se expuso, la gavilla manifiesta también las raíces granjeras en Saskatchewan del nuevo arzobispo.

Las novedades son dos: El llamativo cambio de esmalte del propio campo del escudo, que de sinople pasa a azur, y la faja ondada, que simboliza el río Rojo, en cuyos alrededores el primer obispo de San Bonifacio, en el siglo XIX, estableció una misión que fue el origen de la ciudad.

En este enlace, en inglés, se muestran los detalles: http://www.archsaintboniface.ca/english/archbishop/coat_of_arms.html

III SEMINARIO IBÉRICO DE HERÁLDICA

Se ha recibido en el correo asociado a este blog una nota que remite don Vítor Escudero. Se trata de una comunicación del brazo portugués de la Academia internacional de heráldica relativa a la celebración del III Seminario ibérico de heráldica.Los detalles del programa han sido recogidos en una entrada del excelente blog de Blasones Hispanos cuyo enlace es éste.