sábado, 4 de abril de 2009

ADOPCIÓN DE ARMAS NUEVAS

Habida cuenta el número de mensajes recibidos en el correo del blog sobre la posibilidad de asumir, de adoptar armas nuevas, se reitera nuestra opinión: Cualquier individuo de España o de las tierras que un día formaron parte del Imperio tiene el derecho absoluto, innegable, inviolable, de elegir a su gusto las armas que le representen, siempre que respeten las normas propias de la heráldica y se evite adoptar armas que ya haya asumido otro individuo o familia.

La materia heráldica no es, ni ha sido nunca, privilegio de clase social alguna. Nació entre los guerreros, cierto, pero se consolidó entre el pueblo, que la adoptó como símbolo de pertenencia familiar y así permanece.

En concordancia con lo anterior se reiteran esta entrada sobre el asunto y ésta otra sobre registro de armas.Se le anima en consecuencia desde este espacio virtual, improbable lector, a que se decida a asumir armas nuevas. Quizá uno de los mejores dibujantes heráldicos en la actualidad sea fray Rafael Nieto, de quien tanto, y tan bien, se ha hablado y a quien se puede y debe acudir como guía en la adopción de escudo.

viernes, 3 de abril de 2009

CONCEPTOS HERÁLDICOS III: FORROS

Se habló recientemente de los esmaltes que pueblan este arte con pretensiones científicas que es la heráldica. Como recordará, improbable lector, existen dos forros entre esos esmaltes: Veros y armiños.

Del segundo de ellos se habló muy someramente en este blog hace ya tiempo al tratar las armas del reino de Navarra y proponer un ejemplo con las armas del duque soberano de la Bretaña, región hoy francesa, en tiempos soberana, que tomó por escudo un campo de armiños pleno.Con esas armas, que conserva la región como herencia de su soberano propio, se pone de manifiesto su antigüedad al tratarse de un escudo con un esmalte pleno, sin particiones ni reparticiones que vienen a demostrar modernidad.

Aun la Bretaña francesa tiene por actual bandera la siguiente: procedente de una aparentemente doble inspiración: Las armas del duque soberano de Bretaña y la bandera de Estados Unidos.

Pero aun no se ha tratado en este blog del forro de veros. Poco sabemos de su origen. Sí hemos podido comprobar que es forro utilizado con asiduidad por muy diferentes familias de los reinos españoles, por nuestra heráldica gentilicia, y en menor medida por la heráldica municipal.

En algún lugar leímos, hace ya tiempo, que el forro de veros lo que pretende representar es el agua, con esas campanitas de diseño tan geométrico, impropio de una época medieval más artística que pragmática.Y efectivamente parece agua. Al igual que el duque soberano de Bretaña trajo por armas un escudo de armiños pleno, existe un escudo de veros pleno. Se trata de la villa de Lohéac, curiosamente sita en la Bretaña francesa.

Se añade una curiosidad. Se trata de una imagen tomada en un centro de la sección femenina de la Obra. En ella se puede ver al santo fundador acompañado por los que serían sus sucesores, ante un altar. La pared del fondo, como no podía ser de otra forma en una Obra tan cuidadosa y cumplidora del arte heráldico en todos sus aspectos, es de veros plena.

jueves, 2 de abril de 2009

ÓRDENES Y CONDECORACIONES ACOLADAS

Escribe un atento mensaje al correo del blog don José Antonio Padilla Solano, ingeniero superior naval en ciernes y futuro compañero de armas, para iluminarnos sobre un asunto que desconocíamos por completo y que resulta del todo pertinente.

Se trata de la forma correcta de acolar las insignias de las órdenes y condecoraciones que se posean, sobre un escudo.Estas son sus palabras:

"- Collar: Rodea al escudo y se coloca en situación de saliente de la corona o yelmo con que se timbra al escudo.

- Gran Cruz: La cinta de la misma debe salir del jefe y rodear al escudo, pendiendo de su punta la insignia de la Orden.

- Placa: La cinta de la misma debe salir del centro de los flancos del escudo y rodear al escudo, pendiendo de su punta la insignia de la Orden.

- Encomienda: La cinta de la misma debe salir de los flancos de la punta y rodear al escudo, pendiendo de su punta la insignia de la Orden.

- Cruz: Queda la cinta colgando del escudo y de ella, la insignia de la Orden."


Consecuentemente con ese sistema y como ejercicio heráldico se proponen estos ejemplos de cada una de las categorías.

Como ejemplo de collar se proponen las armas de doña Sofía, reina de España, que trae un partido de España, con Grecia con escusón de Schwleswig-Holstein. Armas a las que acola el collar de la orden de Carlos III, saliendo, efectivamente, de la corona que sirve de timbre al conjunto heráldico.Como armas que acolen a su alrededor la cinta de gran cruz, se proponen las de don Iñaki Urdangarin y Liebaert, duque consorte de Palma de Mallorca, que acola a su atribuido escudo la banda de la gran cruz de la real orden del mérito deportivo, saliendo del jefe.Como ejemplo de correcta disposición de la cinta de la placa acolada a las armas se proponen las del actual cronista-rey de armas de Castilla y León, don Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, marqués de la Floresta. En ellas podrá apreciar, improbable lector, saliente del centro de los flancos del escudo la cinta de la orden de Carlos III.Como ejemplo de encomienda solo conocemos las armas atribuidas a don Jaime de Marichalar y Sáenz de Tejada, que dispone la banda de la encomienda de la real maestranza de caballería de Sevilla en la punta de su escudo.Por último como ejemplo de disposición de la insignia de la cruz, se proponen las armas del tristemente fallecido hace escasas fechas don Joaquín Sampedro Font. En ellas se disponen salientes de la punta, pendientes de las cintas correspondientes, dos condecoraciones: La cruz del mérito militar con distintivo rojo y la medalla de la campaña 1936-39 con distintivo de vanguardia. Además, la medalla del mérito militar colectiva aparece entre los lambrequines a la diestra de la composición heráldica, izquierda del espectador.

miércoles, 1 de abril de 2009

ARMAS DE LA FAMILIA REAL INGLESA I

Hoy se propone a su docta razón, improbable lector, un breve recorrido por las armas de algunos de los miembros que conforman la familia real inglesa.

La evolución de las armas del soberano de los reinos de Inglaterra y Escocia ha sido larga. El momento actual de esa evolución heráldica fija armas diferentes para el mismo soberano en función de que actúe como rey de Inglaterra o de Escocia.En cualquier caso, se considera la versión heráldica de las armas del soberano anglo-escocés como rey de Inglaterra, el cuartelado de Inglaterra, en primero y cuarto, Escocia en segundo e Irlanda en tercero, como las verdaderas armas del soberano.Es a partir de ese cuartelado sobre el que se establece el complejo y bien argumentado entramado de brisuras para los príncipes de aquellos reinos. Se proponen a su consideración estos ejemplos:

Carlos de Inglaterra, príncipe de Gales, que añade escusón en abismo, timbrado, en contra de las leyes de la heráldica que no timbran escusones centrales, representando las armas del principado de Gales, un elegante cuartelado de leones pasantes, guardantes, del uno al otro. El lambel que brisa sus armas, de plata pleno, se considera como exclusivo de la dignidad de príncipe heredero.

Las armas de Diana, princesa de Gales. Un partido de las armas del príncipe de Gales con las de la familia Spencer.

Las armas de Lady Diana Spencer mientras permaneció soltera. Un cuartelado de primero y cuarto de plata pleno, y segundo y tercero de gules con fretes de oro. Brochante banda de sable cargada de tres veneras de plata.

Las armas del príncipe Guillermo, heredero de su padre el príncipe de Gales. Usa por armas las del rey de Inglaterra, brisadas con lambel de plata en el que carga una venera de gules en el pendiente central del mismo, como homenaje, según su propio testimonio, a la tristemente desaparecida figura de su madre.

Las armas de la que fuera hasta el año 2002 reina madre, viuda del rey Jorge VI. Un partido de las armas de su esposo el rey con las de su familia: Un cuartelado de primero y cuarto de Escocia brisado a través de la alteración de los esmaltes originales del reino y segundo y tercero de armiños con tres arcos puestos en palo y colocados en faja.

Por último las armas de la duquesa de Cornualles, Camilla. Al igual que todas las consortes de reyes o príncipes herederos, parte sus armas con las de su esposo. Sus propias armas son de azur, una cabeza de jabalí de plata, armada de oro. Jefe ondado de plata cargado con cruz recrucetada y apuntada de sable, acompañada de dos estrellas de cinco puntas de gules.

martes, 31 de marzo de 2009

LAS ARMAS DE LOS HERALDISTAS I


Hoy se quiere llamar su atención, improbable lector, sobre las armas que han asumido o heredado algunos de los más reconocidos heraldistas que habitan este mundo nuestro de la heráldica. No se trata de una relación exhaustiva. Se trata tan solo de aquellos heraldistas a los que la casualidad me ha permitido conocer sus armas.

Las armas del cronista-rey de armas de Castilla y León, el III marqués de la Floresta, un escudo de plata, cargado de tres fajas de sable, con bordura jaquelada en dos órdenes de oro y gules. El timbre es el propio de su título, la corona de marqués. Se orla con venera de la orden de Carlos III.

Las armas del doctor don José María de Montells y Galán, I vizconde de Portadei y I barón de Dranda en el reino de Georgia, referente de heraldistas y poseedor de una docta e ingeniosa prosa. Un elegante sembrado de corazones de gules cargado de un gallo dragonado de sinople que porta en sus garras, situándolo en abismo, un escusón con las armas tradicionales de los Montells, un monte flordelisado de azur, perfilado en sierra de plata, en un campo de gules. Timbrado con corona de juez de armas de la orden de san Lázaro de Jerusalén, y orlado del collar de la orden de la túnica inconsútil de Nuestro Señor.
Las armas de don Manuel Rodríguez de Maribona y Dávila, conde de Alba de los Abruzzos del reino de Nápoles, cronista de la academia de heráldica de Asturias. Armas que recogen los cuatro costados del insigne heraldista: El primer cuartel, el correspondiente a su linaje, Rodríguez de Maribona, se blasona como un aspa de oro cantonada de cuatro flores de lis de plata, en campo de azur. Segundo de azur, con trece roeles de oro puestos en tres palos, el central con uno de non. Tercero, en campo de azur, cuatro fajas de plata, cargadas de diez roeles de gules con cruz de plata, puestos en orla. Cuarto, en campo de plata, un león rampante de gules coronado de oro. Sobre el todo, escusón de gules, con una columna de plata, coronada, fustada y basada de oro.

lunes, 30 de marzo de 2009

EL COLOR DEL LEÓN

Nos comentaba el marqués de Utrera, refiriéndose a una reciente entrada en la que se exponían las armas del actual señor de Balaguer,que el león de las armas del príncipe de Asturias no era de gules sino de púrpura. Y como no podía ser de otra forma tiene razón. Las armas del príncipe de Asturias, que se establecieron por medio del real decreto número 281 del año 2001, determinan en su articulado que el león es efectivamente de púrpura.No obstante esta disposición legal, nuestra opinión es que el león del escudo nacional-escudo real, que es a fin de cuentas el que porta el príncipe, debe ser de gules para alcanzar a disponer los esmaltes oro y gules, que son los de la bandera, en los seis cuarteles que conforman el escudo nacional.Para ahondar en lo expuesto se trascriben un par de antiguas y olvidadas entradas de este blog:


LAS ARMAS DEL PRÍNCIPE DE ASTURIAS


Con el Real Decreto 281/2001, sobre la creación y uso del estandarte del príncipe de Asturias se produjo una notable indignación entre los entendidos en la materia. Las armas que se definieron para el príncipe se dibujaron de esta forma en el propio BOE:Recuerdo muy nítidamente haber leído en la biblioteca del Cuartel General del Ejército del Aire, donde se recibe la suscripción, el editorial de la revista Hidalguía correspondiente a esa fecha. El entonces rey de armas decano, don Vicente de Cadenas y Vicent, se indignaba con dos aspectos de las armas que se creaban para el príncipe:

Primero: Por un lado, y con evidente razón, con la forma del escusón: Ovalado.

Este escusón representa las armas de la dinastía reinante: Borbón-Anjou. Y es ovalado porque nadie se ha molestado en modificarlo desde que la moda del momento así lo reprodujo en tiempos del rey don Carlos III.Como sabe, improbable lector, la forma ovalada es más propia de mujeres que de hombres. Así ha sido siempre y no se entiende esta forma en el centro de nuestro escudo, cuando la dinastía reinante no es ocupada por una reina titular.

Tanta razón tenía el ínclito rey de armas que nuestro rey don Juan Carlos, que Dios guarde, ha modificado su propio estandarte para evitar esa forma en el escusón. Añado fotografía de baja calidad del estandarte actual del rey que demuestra que ya se ha corregido el error del escusón:Segundo: El otro motivo de indignación era el que se dispusiera brisura en las armas del príncipe. En concreto el lambel con forma medieval. Como sabrá, improbable lector, el lambel es esa "faja" azul, con tres pendientes de igual color que se sobreponen al escudo del príncipe y que impiden ver con plenitud los cuarteles correspondientes a los antiguos reinos de Castilla y de León.El rey de armas se indignaba y explicaba en su editorial algo evidente: El reino y el rey comparten las armas. Es cierto. Solo se pueden distinguir por los ornamentos exteriores. También cierto. Y proponía que igual se hiciera con el príncipe: Que ostentara las mismas armas que su padre, el rey, y que el reino, España. Dejando que fuera solo el timbre exterior, la corona, el que aclarara si el escudo pertenecía al rey o al heredero.

Pero no debe ser así. Es mi parecer. El rey y el reino comparten las armas y así debe ser porque como tales se formaron las armas de los reinos: Porque existía un rey, en su momento, que ostentaba esas armas, que luego pasaron a ser de cada uno de los reinos, cuando originalmente y durante siglos, solo representaron a la persona, al rey. Es decir, en la persona del rey de España se dan cita las titularidades de los reinos que hoy conforman España. En consecuencia, como titular de la nación, comparte las armas con la misma.

Observe lector, gráficamente, lo que se expone en relación con que las armas del rey y del reino son las mismas: Las armas del reino, tal como se dibujaron en el BOE al promulgar la Ley 33/81 de 5 de octubre, que describía el escudo de España:
Y las armas del rey don Juan Carlos, que se describen en la Regla número 1, del Título II, del Real Decreto 1511/1977, de 21 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Banderas y Estandartes, Guiones, Insignias y Distintivos: Y ahora los escudos que hemos visto, sin ornamentos exteriores. Sin coronas, sin columnas y sin toisones: Como explicaba, ambos escudos son uno solo. Seis cuarteles: Castilla, León, Aragón, Navarra y Granada. El sexto es, en el centro, Francia, que representa las armas de la dinastía Borbón.

Continuo lo que exponía: El heredero no es el rey. No debe tener las mismas armas. Me parece algo evidente. Aunque no debe serlo tanto cuando el tema se discute. A mi humilde juicio los ornamentos exteriores son eso: Exteriores. Ajenos realmente a la heráldica en buena medida.

No olvidemos que la heráldica se inició con escudos. Escudos verdaderos. Maderas a las que se daba una forma de almendra y en las que se dibujaban unos símbolos para identificarse. Los ornamentos exteriores son siglos mas jóvenes. En consecuencia el príncipe, que es eso: heredero, pero no rey, debe distinguir su escudo del de la nación y del titular de la misma. Y para hacerlo, añade un lambel a las armas nacionales. Correctísimo a mi juicio. Acertado. De buen gusto. Y además, en vez de escoger ese extraño lambel moderno se recurre al lambel medieval. Más explícito. Más extenso. De mejor tono.En las armas del heredero, el decreto del 2001 timbraba con corona de príncipe: En lugar de ocho diademas que tiene la corona real, de las que solo se ven cinco, se ponen cuatro, de las que solo se ven tres. Correcto. Pero, insisto: El escudo en sí mismo ha de ser diferente. Los ornamentos, nadie lo discute, también. Y por último, el escudo del príncipe sin ornamentos exteriores, tal como se podría colgar en su propio palacio, manteniendo esa costumbre tan española de decorar con escudos:

EL COLOR DEL LEÓN


En las esquinas de la viñeta que acaba de apreciar, improbable lector, se aprecian los castillos y los leones propios del monarca y del reino origen de las cantigas. Pero el león ¿es púrpura, es rojo, es marrón o es... ¡rosa!? De todos esos colores es posible verlo representado hoy, en escudos institucionales:
Púrpura: Gules, el más habitual, para que todos los cuarteles, los seis del escudo nacional, contengan gules y oro, los colores de la bandera que lo soporta: Marrón, que es un color inexistente en heráldica, como sabe, improbable lector: Y atención, improbable lector, como la pantera, ROSA: Se insiste: El león debe representarse de color rojo cumpliendo que todos los cuarteles contengan gules y oro, los colores del soporte de las armas del rey y del reino, los colores de la bandera.

Las entradas que acaba de leer, improbable lector, se publicaron el 3 de noviembre de 2007 y el 22 de marzo de 2008.