La palabra
puig, en la lengua española denominada catalán significa montículo. Existe desde tiempos de la reconquista un célebre monasterio, cercano a la ciudad de Valencia, asentado sobre lo que se denomina el Puig de Santa María.
La fundación de este cenobio obedece a la voluntad del rey de Aragón, don Jaime I el Conquistador, en 1238, cuando iniciaba el asedio a la ciudad de Valencia.
Cuenta la tradición que descubierta una imagen de María Santísima dibujada sobre una tabla por un peón de la hueste, la confió a Pedro Nolasco, que atendía como capellán la campaña. Éste la hizo mostrar al rey que consideró el hecho milagroso y ordenó edificar en el lugar una ermita que sirviera de acomodo a la tabla.
Ya en 1240, ganada Valencia para la cristiandad, el rey don Jaime ordenó que fuera la imagen de María del Puig la patrona de la ciudad y encargó a la recientemente fundada orden de la Merced, la custodia y culto a la imagen y la agregación de un monasterio a la ermita.
En el lugar existe aun hoy un cenobio de creación posterior, que sirve como sede para la Orden de caballeros de Santa María del Puig.
Orden de caballeros sobre cuyas armas se desea llamar su atención, improbable lector.
Y es que sus armas
parecen combinación de otras:
Por un lado, si a las armas de nuestro rey don Juan Carlos
les vaciáramos el propio contenido del escudo, obtendríamos un escudo llano,
con timbre y adornos parecidos a esto:
Muy probablemente el hecho de que un anterior jefe de la casa del rey, don Sabino Fernández Campo, sea el hermano mayor de esta orden haya influido notablemente en su diseño.
Y por otro lado, si deseáramos completar la composición resultante al vaciar el escudo del rey, añadiendo las armas de Norteamérica
el resultado sería muy parecido al escudo de la Orden de caballeros de Santa María del Puig.
Su completa descripción y justificación, de un modo más riguroso que esta broma de
parecidos heráldicos, aparece en esta
página, pulsando en el menú sobre la opción ¿qué es la real orden?