En este espacio virtual dedicado a la heráldica se ha hablado mucho de las armas de España. Y en particular sobre el escusón. (http://blogdeheraldica.blogspot.com/2007/12/escusn.html).
Sobre la materia existen auténticos expertos: don Faustino Menéndez-Pidal, don Andoni Esparza Leibar, don José Antonio Vivar del Riego y más.
En esta dirección,
http://www.dpz.es/ifc2/libros/revistas/emblemata/emblemata_12/ebook2682_07.pdf,
el citado don Andoni Esparza hace una disertación muy sabia sobre el escudo de España, sobre la evolución de su escusón y sobre las razones que llevaron a la configuración actual del escudo nacional. Acompaña su exposición de una serie de reflexiones que merece la pena considerar.Nos ha llamado poderosamente la atención de su artículo lo reseñado como una anécdota histórica que desconocíamos. Se trata del hecho ocurrido el 3 de junio de 1932. En esta fecha, el pretendiente carlista don Alfonso Carlos de Borbón y de Austria-Este, don Alfonso Carlos I para los carlistas, dispuso por escrito los siguientes extremos:
Yo de mi libre voluntad, en este día en que la iglesia celebra la fiesta del Deífico Corazón, Prometo Solemnemente que, si la Divina Providencia dispone que sea yo llamado a regir los destinos de España, será entronizado el Sagrado Corazón de Jesús, en el escudo nacional, siendo colocado sobre las flores de lis de la casa de Anjou y entre los cuarteles de Castilla y de León, bajo la corona real.En más de una ocasión habíamos, efectivamente, observado algún escudo nacional que incluía un escudete ovalado en jefe cargado con un sagrado corazón. Pensábamos que se trataba de un bienintencionado dibujo que no iba más allá de la voluntad de reflejar algún elemento religioso en la heráldica nacional. Resulta del todo esclarecedor que se tratara de la voluntad de un intitulado rey en el exilio.
Sobre la materia existen auténticos expertos: don Faustino Menéndez-Pidal, don Andoni Esparza Leibar, don José Antonio Vivar del Riego y más.
En esta dirección,
http://www.dpz.es/ifc2/libros/revistas/emblemata/emblemata_12/ebook2682_07.pdf,
el citado don Andoni Esparza hace una disertación muy sabia sobre el escudo de España, sobre la evolución de su escusón y sobre las razones que llevaron a la configuración actual del escudo nacional. Acompaña su exposición de una serie de reflexiones que merece la pena considerar.Nos ha llamado poderosamente la atención de su artículo lo reseñado como una anécdota histórica que desconocíamos. Se trata del hecho ocurrido el 3 de junio de 1932. En esta fecha, el pretendiente carlista don Alfonso Carlos de Borbón y de Austria-Este, don Alfonso Carlos I para los carlistas, dispuso por escrito los siguientes extremos:
Yo de mi libre voluntad, en este día en que la iglesia celebra la fiesta del Deífico Corazón, Prometo Solemnemente que, si la Divina Providencia dispone que sea yo llamado a regir los destinos de España, será entronizado el Sagrado Corazón de Jesús, en el escudo nacional, siendo colocado sobre las flores de lis de la casa de Anjou y entre los cuarteles de Castilla y de León, bajo la corona real.En más de una ocasión habíamos, efectivamente, observado algún escudo nacional que incluía un escudete ovalado en jefe cargado con un sagrado corazón. Pensábamos que se trataba de un bienintencionado dibujo que no iba más allá de la voluntad de reflejar algún elemento religioso en la heráldica nacional. Resulta del todo esclarecedor que se tratara de la voluntad de un intitulado rey en el exilio.