miércoles, 7 de julio de 2010

ALGUNAS CASAS NOBLES VI: LA BARONÍA DE ALBÍ

Se ha enunciado recientemente la jerarquización no escrita que concede mayor significancia a los títulos en función de su antigüedad. El título que, en todos estos reinos que conforman España goza de mayor antigüedad es la baronía de Albí, de la que en otra ocasión se expusieron algunos detalles.

Se trata de un título creado en el siglo XIII. El actual barón de Albí aún reside en el histórico castillo de Montsonís, cuna de sus antepasados. Abierto al público con el ánimo de sufragar los elevados gastos de mantenimiento de tan insigne mansión, es posible contemplar el buen gusto y saber histórico de los adornos de determinadas estancias. Así, el salón principal de la torre alberga todo un armorial, dado que expone una serie de escudos que recogen los entronques familiares del actual barón y de su esposa.En lugar destacado, y con un tamaño mayor que el resto de escudos, se exponen las armas de ambos cónyuges. La heráldica asociada al título es un elegante burelado de oro y gules, de ocho piezas, los colores del principado de Cataluña, evidente homenaje al conde soberano de Barcelona.Se exponen, acompañando a estas líneas, una serie de fotografías de las estancias principales del castillo de Montsonís en las que se aprecia la disposición de las armas principales en lugar destacado y de la serie de escudos familiares dispuestos cerca del techo.

martes, 6 de julio de 2010

ALGUNAS CASAS NOBLES V: LA BARONÍA DE QUADRAS

Con el ánimo cierto de dar cabida a algún miembro de la aristocracia catalana en esta serie, concerniente a la relectura de las armas de algunas casas de la nobleza, se esbozan unas líneas sobre la baronía de Quadras, de la que ya se habló en otra ocasión.

Al hacer el obligado recorrido de las casas del modernismo catalán de finales del siglo XIX y principios del XX existe un palacio que requiere especial atención. Se trata del palau del barò de Quadras.De estilo modernista tardío, la balconada del piso principal evoca la distribución vertical de la sociedad de entonces, distinta a la estratificación social zonal, horizontal, vigente hoy día en la ciudad condal y en el resto de la sociedad occidental.

La fachada principal del palacio se adorna con las armas del primer poseedor de la merced nobiliaria. Merced que fue concedida por la majestad del rey don Alfonso XIII a don Manuel de Quadras i Feliú, Prim i Coma, insigne empresario. Todavía hoy, la sucesora en la baronía ostenta el mismo apellido: Doña María de Quadras i de Camps.El escudo, labrado en piedra, refleja en un cuartelado, las armas correspondientes a los cuatro costados del I barón. Las armas correspondientes al primer cuartel, Quadras, son un cortado. Primero: Terciado en palo con estos cuarteles: Primero cargado de una cruz paté; segundo de las armas del rey de Aragón; tercero con un castillo. Cortado de un cordero pascual. Se ignoran los esmaltes.

lunes, 5 de julio de 2010

ALGUNAS CASAS NOBLES IV: EL DUCADO DE ALBURQUERQUE

Al igual que el resto de títulos de los que se ha venido hablando a lo largo de estos días, el ducado de Alburquerque procede de la más rancia Edad Media. No en vano fue merced otorgada por la alteza del rey don Enrique IV de Castilla a cambio del maestrazgo que ostentaba el valido don Beltrán de la Cueva, origen de esta dinastía.

Las armas asociadas a este linajudo y antiquísimo título no demuestran, de su mera observación, una antigüedad evidente. Se trata de un campo de plata, con un dragón de sinople. Mantelado cosido de oro, cargado con un palo de gules cada manteladura, de evidentes resonancias aragonesas. Bordura general de gules, cargada de siete aspas de oro y siete escudetes con las armas de los Mendoza de la Vega, alternando.No fueron estas, al contrario que lo que sucede con otros títulos, las armas del primer poseedor de la merced. Don Beltrán de la Cueva, I duque de Alburquerque, se armó de un escudo similar: En campo de plata, dragón de sinople. Mantelado cosido de oro, cargada cada manteladura de dos palos de gules; ya no con resonancia, sino reflejando las armas del rey y reino de Aragón. Bordura general de gules cargada de ocho aspas de oro.El cambio de las armerías asociadas a este título debe considerarse como propio de las vicisitudes y cambios de dinastía en la titularidad de la merced nobiliaria. Hoy, el XIX duque de Alburquerque atiende al nombre de don Juan Osorio y Bertrán de Lis, habiéndose perdido en los avatares históricos el apellido de la Cueva.

Se asocia a este título el marquesado de Cuellar que ostentan los futuros sucesores en la titularidad del ducado de Alburquerque. Las armas de este marquesado son, lógicamente, idénticas a las del ducado.

domingo, 4 de julio de 2010

ALGUNAS CASAS NOBLES III: EL DUCADO DE MEDINACELI

El ducado de Medinaceli trae por armas un cuartelado en el que se representan, en primero y cuarto, un partido de Castilla y León, y en segundo y tercero las armas de Francia modernas.El asunto de las armas de esta antigua familia noble procede de una evolución de las armas originales de la casa real de Castilla.

El rey san Fernando III de Castilla sucedió a su madre, la reina doña Berenguela, en la titularidad del reino castellano en 1214. En consecuencia, debería haber adoptado por armas el castillo, parlante de aquel reino.Pero se daba la circunstancia de que este rey era hijo del, a su vez, rey de León don Alfonso IX que portaba el conocido, y también parlante, león de púrpura. León de púrpura con el que, paradójicamente, hasta la muerte del rey leonés, el rey de Castilla se armó.Por fin, en 1230, tras la unificación definitiva de ambos reinos, san Fernando optó por crear el conocido cuartelado de Castilla y León.Cuartelado que, en puridad heráldica, debería considerarse mal diseñado al disponer en primero y cuarto, los cuarteles reservados para las armas paternas, el escudo castellano en vez del leonés.

La noticia de la evolución heráldica de las armas de los actuales duques de Medinaceli nos lleva ahora cincuenta años después, durante el reinado de Alfonso X, el sabio, de Castilla. El primogénito de este rey y de su esposa, la reina doña Violante de Aragón, el infante don Fernando de la Cerda, se armó, para diferenciar su escudo del de su padre el rey sabio de un invertido del cuartelado real, disponiendo en primero y cuarto León y en segundo y tercero Castilla.El caso de la sucesión de este infante, origen del ducado de Medinaceli es digno de unas líneas. Falleció este infante a la edad de veinte años, nueve antes que su propio padre el rey, dejando huérfanos de padre dos hijos varones, los que después se denominarían los infantes de la Cerda.

A pesar de que el código de las siete partidas, promulgado por el propio rey sabio, establecía el reconocimiento del derecho de representación en la sucesión al trono, esta cláusula no se atendió. El derecho de representación, hoy recogido como tal en la propia constitución española, establece que los derechos a la sucesión del trono del heredero premuerto al rey, se transmiten a sus propios herederos. Es decir, si falleciera el actual príncipe de Asturias, Dios no lo quiera, antes que el rey don Juan Carlos, su hija de tres años, doña Leonor, representaría los derechos de sucesión al trono de España, en nombre de su padre fallecido.

Esta regulación legal, vigente a la muerte del rey sabio al igual que hoy, no se respetó: sucedió en el trono castellano el tío de los infantes de la Cerda con el nombre de Sancho IV, el bravo.

Los infantes desheredados, para diferenciar sus armas de las que había traído su padre, optaron por partir, dimidiando, las armas de su madre, la princesa doña Blanca, hija del rey san Luis IX de Francia, con el cuartelado real inverso que había ostentado su padre. Así, se armaron de Francia antiguo, partido de Castilla, medio cortado de León.Los herederos de esta dinastía desheredada, los de la Cerda, entroncaron familiarmente con los condes de Medinaceli, y desde el reinado de los reyes católicos, ya titulados como duques, fueron aceptados en la corte. Desde entonces, alteraron el orden de las armas que habían recibido en herencia disponiendolas en la forma en la que en la actualidad permanecen:Escudo cuartelado: primero y cuarto de Castilla, partido de León, y segundo y tercero de Francia moderno.

sábado, 3 de julio de 2010

SÀBADO: IMÁGENES

Hoy se desea proponer una revista que a buen seguro ya conoce, improbable lector, pudiendo adivinar su preferencia por lo selecto y distinguido. Efectivamente me estoy refiriendo a la publicación digital Numen, que es quizá la mejor que habita la red.

Fue su ideólogo y creador don Rafel de Aguilar Poyatos, IX conde de Bobadilla, cordobés, caballero de las más insignes corporaciones nobiliarias.Cuenta la revista digital con brillantes y en buena medida comprometidos artículos de opinión que firman destacados nobles del reino.Sus reportajes gráficos destacan como referente inexcusable, creados por el fotógrafo don Manuel Gómez, quien es ya compañero habitual de cuantos eventos se suceden en ese mundo de las ciencias heroicas. Como habrá observado, destacan por su excelente calidad.
Hoy se propone rendir visita a tan singular y obligado lugar virtual. El enlace es el siguiente: http://numendigital.com/

viernes, 2 de julio de 2010

ALGUNAS CASAS NOBLES II: EL DUCADO DE MEDINA-SIDONIA

El tradicional escalafonamiento de los títulos nobiliarios, reflejado en infinidad de obras sobre la materia, que establece una clasificación de mayor a menor importancia según este orden: duque, marqués, conde, vizconde y barón, se basa en un presupuesto de corte feudal.

Es verdad que en otros reinos de nuestro entorno europeo el régimen estrictamente feudal establecía que un rey contaba, para ejercer la administración del gobierno, con unos pocos duques que, a su vez, delegaban en varios marqueses, que se valían de condes y estos de barones. Pero dicho régimen, en todos los reinos que conforman España, no tuvo lugar. La clasificación de los títulos nobiliarios se definió en todas las regiones a partir de su estricta antigüedad, con independencia de la denominación de la merced.

El actual ducado de Medina-Sidonia, al hilo de lo anterior, es el más antiguo ducado de todos los actualmente vigentes. Fue creado en el año 1445 por el rey don Juan II de Castilla para mejorar la posición nobiliaria de don Juan Alonso Pérez de Guzmán, III conde de Niebla.

Ésta dinastía de los Pérez de Guzmán mantuvo la titularidad hasta 1779, en que recayó en los Álvarez de Toledo.

Las armas asociadas a este título se blasonan como un campo de azur, con dos calderas jaqueladas de oro y gules, gringoladas de siete sierpes de sinople. Bordura componada de nueve de Castilla (en gules castillo de oro) y nueve de León (en plata león rampante de gules).Las calderas que aparecen en este significativo escudo hacen referencia al oficio de capitán de mesnada. Esta expresión se usaba en la Edad Media para designar a aquellos magnates que, por su elevadísima fortuna, contaban con los medios suficientes para mantener un ejército armado. Ejercito armado y avituallado representado heráldicamente por medio del recurso a la caldera en la que se preparaba la comida para la hueste.

La aparición de dos calderas en lugar de una única se debe un simple motivo estético, toda vez que los escudos medievales eran, como se apuntó ayer mismo, más afilados, mucho más largos, en relación a su anchura, que en la actualidad, y el escudo resultaba más armonioso con la disposición de dos calderas.Muy eminentes y nobles familias contaron históricamente con este mueble en sus armerías: los Guzmán, linaje al que perteneció el conde-duque de Olivares; los Pacheco, linaje que tantos validos dio a la monarquía hispánica; o los Manrique de Lara.

En cuanto a las serpientes que aparecen saliendo de los bordes de estas calderas, el asunto remite, nuevamente, al exceso de rigor en el uso del lenguaje propio de la heráldica que se expuso al tratar ayer, el asunto del jaquelado. Así, siguiendo al insigne heraldista don Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, esas sierpes fueron originalmente las terminaciones de las asas de las calderas.El exceso en el rigor al blasonar condujo a que se numeraran, quedando cada vez aumentado el número hasta convertir las calderas de capitán de mesnada en un verdadero caldero de bruja del que salen sapos y culebras.La bordura componada de las que fueran armas reales abreviadas hasta el siglo XIX es homenaje a los reyes de España que, hasta el reinado del actual monarca, gustaron de utilizar el cuartelado de Castilla y León que creara el rey san Fernando de Castilla, si bien cargadas de escusón de Borbón, brisado de Anjou, y entado en punta del reino de Granada.La cimera que adorna las armas del ducado de Medina-Sidonia, un caballero asomado a un baluarte, que arroja un cuchillo, recuerda la gesta de Guzmán, el bueno, que lanzó su propio puñal para que el rey moro, que asediaba la plaza que él defendía, diera muerte a su propio hijo, preso de los sarracenos.

ATAVIS

Se ha recibido en el correo asociado a este tedioso blog el número veintiuno de la revista Atavis, publicación que recoge los avatares de la orden de san Lázaro de Jerusalén en España.Es de justicia destacar el acierto de la existencia de esta revista que, contra viento y marea, sigue dando cumplida noticia de cuantos acontecimientos se van sucediendo en el entorno lazarista.Se desea llamar especialmente su atención, improbable lector, sobre dos artículos recogidos en su interior: El primero de ellos se titula Don Alfonso XIII y el Hospital de la Cruz Verde, de la mano del doctor don José María de Montells y Galán, en el que se exponen los detalles relativos a la intervención del rey don Alfonso XIII en la elección, como primer gran maestre de la orden del siglo XX, del coronel don Francisco de Borbón y de la Torre, IV duque de Sevilla.El segundo, cuyo autor es el III marqués de la Floresta, recoge determinadas circunstancias relativas al servicio de espionaje del gobierno del general Franco durante la guerra civil española, por parte de caballeros de la orden de san Lázaro. Su título es revelador del contenido: La Orden de San lázaro y el sistema de inteligencia exterior del gobierno de Salamanca durante la guerra civil de 1936-1939.

jueves, 1 de julio de 2010

ALGUNAS CASAS NOBLES I: DUCADO DE ALBA DE TORMES

El ducado de Alba de Tormes, tan conocido actualmente a través de los medios de comunicación, es uno de los más antiguos de estos reinos que hoy son España.

El origen del ducado proviene de la munificencia de la alteza, que entonces los reyes aún no eran majestades, del rey de Castilla don Enrique IV, el impotente, último representante de la dinastía Trastámara, a favor de don García Álvarez de Toledo. Con anterioridad a la creación del ducado existió un condado del mismo nombre que fue concedido a don Fernando Álvarez de Toledo, otorgado a su vez sobre la existencia de un antiguo señorío del mismo nombre.

Las armas que ostentaran los antiguos condes de Alba de Tormes, después duques de igual denominación, eran reflejo de su antigüedad: un jaquelado de plata y azur. Timbrado, en la imagen que sigue, con corona ducal.Es el jaquelado una partición propia de las familias más antiguas de estos reinos que conforman la actual España. Basten como ejemplo no solo los conocidos Álvarez de Toledo, duques de Alba, sino los Cisneros, que llegaron a dar a la nación española un regente en la persona del cardenal don Francisco Jiménez de Cisneros, y que traían un jaquelado de oro y gules;o los Godoy, de resonancias históricas tan funestas para España, que traían, demostrando su rancio abolengo, un jaquelado de oro y azur.El jaquelado, no obstante, ha sufrido una evolución heráldica que conviene aquí traer para analizar el exceso de rigorismo en el que ha caído en buena medida la ciencia heráldica. Los primeros escudos que se adoptaron por parte de los guerreros que pintaron sus escudos, a principios del siglo XII, recurrían a colorear partes de su mayor arma defensiva, su escudo, con colores planos, sin figuras. Posteriormente, al acceder el conjunto de la sociedad al uso de blasones y al convertirse en hereditarias, las armerías se fueron cargando de figuras toda vez que las simples combinaciones de colores ya eran ostentadas por las más antiguas familias.

En la época más decadente de la heráldica, aquella en la que era estudiada como ciencia, se llegó al rigorismo más absurdo, definiendo las proporciones de todas las figuras, de las particiones y de los demás elementos de los escudos, logrando con ello que perdiera en buena medida su frescura.

El caso del jaquelado es un buen ejemplo de este excesivo rigor: El jaquelado era inicialmente un verdadero damero, es decir, se trataba de una partición que buscaba representar un tablero, similar al del juego del ajedrez, con alternancia de color y metal, por medio de piezas invariablemente cuadradas.Hoy los jaquelados representan un damero de piezas rectangulares; y es que el rigorismo en el blasonamiento de las armarías ha llevado a que, por la propia evolución de la forma de los escudos, que se han hecho más anchos, los jaqueles que forman el damero ya no sean cuadrados sino rectangulares.Al ser definidos en su número exacto los jaqueles, por este excesivo rigorismo del que se viene hablando, las armas han perdido su disposición original, que representaba un tablero, para pasar a representar un conjunto de rectángulos.En cualquier caso, el uso del jaquelado, una partición muy simple, viene a demostrar realmente la mucha antigüedad de uso de las armerías de la casa de Alba de Tormes.

Las vicisitudes históricas de este título se han reflejado en su heráldica haciéndola más compleja. Los señores de Alba de Tormes, después condes y posteriormente duques de la I dinastía del título, los Álvarez de Toledo, que usaron por armas el jaquelado de plata y azur, se extinguieron como tal dinastía con el fallecimiento de la XI duquesa sin descendencia. No obstante, los Silva, nombre de la dinastía posterior, siguieron utilizando idéntico blasón habida cuenta el prestigio social adquirido por las armas que se atribuían al ducado.Con la llegada en 1802 de la tercera dinastía al ducado, la casa de Fizt-James Stuart, las armas originales del ducado se alteraron. Estos Fizt-James Stuart, duques de Berwick en el Reino Unido, son descendientes por línea ilegítima de Jacobo II. Último rey católico de Gran Bretaña quien, a pesar de su ferviente fe, no tuvo reparos en cohabitar con mujeres fuera del matrimonio.

Así, el original damero, el jaquelado de plata y azur, pasó a ocupar el cuarto cuartel de un cuartelado que recuerda vivamente las armas del soberano británico:Primero: Contracuartelado de Francia:en campo de azur, tres lises de oro, abreviado el sembrado de lises original del reino francés a tan solo tres, bien ordenadas;con Inglaterra: en campo de gules tres leones pasantes, guardantes, que los ingleses dicen que son leopardos, de oro. Armas del todo conocidas históricamente al ser las que portaron tan insignes reyes de Inglaterra como Ricardo I, corazón de león o su hermano Juan, sin tierra.La aparición en este contracuartelado de las armas de Francia responde a la manifestación heráldica de los pretendidos derechos de los reyes de Inglaterra sobre determinadas áreas del extinto reino galo.

Segundo: En campo de oro, león rampante de gules. En orla dos gemelas de gules adornadas con ocho flores de lis de lo mismo puestas alternadas hacia el exterior y el interior del escudo, que es Escocia.Tercero: En campo de azur, arpa de oro, que es Irlanda. Estas armerías se atribuyen, evidentemente de forma legendaria, al bíblico rey David.Cuarto: Las armas originales de los duques de Alba de Tormes, el jaquelado de plata y azur.

El escudo actual ha mantenido, a pesar de su cambio de diseño, la cimera original que emparenta a la casa de Alba con los Ángelos del imperio romano de oriente, por medio de la figura de ángel. Ángel que porta espada flamígera de gules y que viste un tabardo con las armas originales de los Álvarez de Toledo, el jaquelado de plata y azur.