viernes, 16 de julio de 2010

FINO HUMOR

Querido amigo:

Quiero desde hace semanas unirme a la celebración por la feliz resurrección de tu estimado blog, aportando una colaboración digna de él. Bien de vueltas llevaba dadas cuando por fin me decidí a enviar un comentario sobre uno de los sucesos heráldicos más espantables que imaginarse puedan, que aconteció la pasada primavera en tierras extremeñas cuando una corporación municipal, la de la ciudad de Cáceres, procedió a retirar un escudo de los Reyes Católicos (bien que de moderna factura) confundiéndolo con las armas del régimen de Franco. Todo ello en aplicación de esas normas jurídicas que hoy se han dado en llamar con alicorta intención “de la Memoria Histórica”.

Andaba yo apesadumbrado pensando cómo podría resolver esta cuestión sin que tal resolución viniera a mi mente, hasta que la encontré de forma harto afortunada. Pasó, pues, el hallarla en esta manera:
Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a tirar unos cartapacios y papeles viejos a un contenedor de reciclaje; y como yo soy aficionado a leer, aunque sean los papeles rotos de las calles, llevado desta mi natural inclinación, tomé un cartapacio de los que el muchacho tiraba, y vile con caracteres que conocí ser taquigrafía. Y puesto que aunque los conocía, no los sabía leer, anduve mirando si parecía por allí algún taquígrafo aljamiado que los leyese, y no fue muy dificultoso hallar intérprete semejante. En fin, la suerte me deparó uno, que, diciéndole mi deseo y poniéndole el libro en las manos, le abrió por medio, y leyendo un poco en él, se comenzó a reír. Preguntéle yo que de qué se reía, y respondióme que de una cosa que tenía aquel libro escrita en el margen por anotación. Díjele que me la dijese y él, sin dejar la risa, dijo:

-Está, como he dicho, aquí en el margen escrito esto: «Este Monstruo de las Galletas, tantas veces en esta historia referido, dicen que tuvo el mejor diente para comer galletas de toda esta tierra».

Cuando yo oí decir «Monstruo de las Galletas», quedé atónito y suspenso, porque luego se me representó que aquellos cartapacios contenían guiones auténticos del programa infantil “Barrio Sésamo”, de tan dulces recuerdos. Con esta imaginación, le di priesa que leyese el principio, y, haciéndolo ansí, dijo que decía: Aventuras de Coco y Triqui, el Monstruo de las Galletas. Guiones de televisión. Mucha discreción fue menester para disimular el contento que recebí cuando llegó a mis oídos el título del libro; y, salteándosele al contenedor de papel, compré al muchacho todos los papeles y cartapacios por medio euro; que si él tuviera discreción y supiera lo que yo los deseaba, bien se pudiera prometer y llevar más de seis euros de la compra. Apartéme luego con el taquígrafo por el claustro de la iglesia mayor, y roguéle me volviese aquellos cartapacios, todos los que trataban del Monstruo de las Galletas, en lengua castellana, sin quitarles ni añadirles nada, ofreciéndole la paga que él quisiese. Contentóse con dos arrobas de pasas y dos fanegas de trigo, y prometió de traducirlos bien y fielmente y con mucha brevedad; pero yo, por facilitar más el negocio y por no dejar de la mano tan buen hallazgo, le truje a mi casa, donde en poco más de mes y medio la tradujo toda, del mesmo modo que aquí se refiere.He aquí lo que en ellos encontró relativo a nuestro caso:


“COCO EXPLICA EL ESCUDO DEL ÁGUILA

Fondo azul. La acción, de día, detrás de un muro.

COCO: Hola chicos, soy vuestro amigo Coco, y hoy vamos a explicar la diferencia entre el escudo de Franco y el escudo de los Reyes Católicos. (Aparece Triqui por la derecha). Hola Triqui: voy a explicar a los niños la diferencia entre el escudo de Franco y el escudo de los Reyes Católicos. ¿Me ayudas?

TRIQUI (con la mirada bizca y grandes ademanes): ¡Galletas! ¿Y eso se puede comer?

COCO: No Triqui: estamos hablando de escudos heráldicos. Ven aquí, que te voy a explicar (se desplazan hacia la izquierda, donde aparecen dos escudos de tamaño regular, puestos encima del muro). Este es el escudo de los Reyes Católicos (señala al primero) y este es el escudo de Franco (señala al segundo). ¿Verdad que parecen iguales?

TRIQUI: ¡Es verdad! ¿Se pueden comer?

COCO: No Triqui: estos escudos están para explicar la diferencia entre el escudo de los Reyes Católicos y el escudo de Franco. Mira Triqui: los dos escudos parecen iguales, pero eso es porque el Decreto de 1938 que creó el escudo de Franco dijo que se inspiraría en el de los Reyes Católicos. Por eso se parecen tanto.

TRIQUI (mira a uno y a otro reiteradas veces. Después se queda mirando a la cámara): Pues es verdad. Se parecen mucho.

COCO: Pero tienen muchas diferencias: fíjate que el escudo de los Reyes Católicos no tiene columnas de Hércules ni cinta que ponga “Plus Ultra” porque esos elementos los introdujo Carlos V y no existían en tiempos de los Reyes Católicos.

TRIQUI (Mirando con fijeza el escudo de las columnas y señalando con el dedo, con manifiesta mala educación): Entonces, ¿el escudo que tiene columnas y lema es el de Franco y el que no las tiene es el de los Reyes Católicos?

COCO: Así es, Triqui.

TRIQUI: ¿Y las columnas esas se pueden comer?

COCO: No Triqui, no se pueden comer. Fíjate también que el escudo de los Reyes Católicos (pone la mano, pata o lo que sea sobre éste) es distinto en otra cosa: lleva el escudo de Sicilia, que es un cuartelado en sotuer con las armas de Aragón y con un águila de sable en campo de plata. Y además, el escudo de Franco siempre lleva la granada de Granada, que los Reyes Católicos no pusieron hasta que conquistaron ese reino.

TRIQUI: ¡Ahhhh! ¿Y esa granada se puede comer? ¿Como las galletas?

COCO: No Triqui. Olvídate de comer por un rato. Tienes tanta hambre que parece que acabaras de salir de un restaurante de cocina de diseño. El escudo de los Reyes Católicos tampoco tiene las armas de Navarra, porque se anexionaron a España más tarde. Y fíjate también que el escudo de Franco lleva una cinta detrás del cuello del águila, en la que pone escrito “Una, grande y libre”, y eso no aparece en el escudo de los Reyes Católicos.

TRIQUI: ¿De verdad?

COCO: De verdad: y no te equivoques nunca con eso, porque vas a parecer más inculto que la alcaldesa de Cáceres.

TRIQUI (en actitud pensativa y meditabunda): Pues no sabía yo todas esas cosas. ¿Y esos escudos se pueden comer?

COCO: No Triqui, no se pueden comer. Y ahora tengo que explicarte que el escudo de Franco se modificó en 1977, cuando ya estábamos en democracia, y la cinta se puso encima de la cabeza del águila, y las alas se pusieron más abiertas. Y este es el escudo que está puesto en el ejemplar de la Constitución que firmaron el Rey y los parlamentarios cuando se aprobó, porque estuvo vigente hasta 1981.

TRIQUI: ¡Ahhh! ¡Qué interesante! (Mira de nuevo a uno y otro alternativamente) Y parecen muy apetitosos. ¡Y tengo hambre! ¡Galletaaaa! (Agarra un escudo y luego el otro, comiéndoselos aparatosamente y desmigándolos con gran alboroto).

COCO (Desesperado, entra en estado de síncope, y cae de espaldas mientras dice): ¡Ahhhhh! (Suena el leit motiv de la desesperación de Coco. Ñiaa, ñiaa, ñiaa, ñiaaaaa ¡Plafff!).”

Hay que ver lo educativos que eran los programas de televisión de hace tantos años, ¿verdad?

El Barón de Sórvigo