Se hablaba hace días de la situación de bicefalía de primados que padece nuestra amada Iglesia, del doble mando que soporta la barca de Pedro en España. Uno en Toledo, el tradicional, y otro en Tarragona.Caso único, que sepamos, en toda la cristiandad.
A lo largo de la exposición de aquella entrada, se propusieron varios ejemplos de primados en diferentes naciones de nuestro entorno.Además se explicó el ingenioso sistema eclesiástico para determinar la categoría a través de borlas y colores que cuelgan de los capelos y se expuso que las excepciones son habituales y hacen que ese sistema resulte muy interesante para el estudio heráldico.Con el ánimo de corregir un aspecto de lo expuesto en aquella entrada y para poner de manifiesto una de las excepciones habituales en el sistema eclesiástico general envía un atento mensaje don Gregor Kollmorgen.
En su mensaje recuerda la existencia del primado del sacro imperio Romano-Gemánico y propone una excepción a la regla habitual de timbre eclesiástico, la del arzobispo de Salzburo, que timbra sus armas con el número de borlas propio de su condición de arzobispal, pero con color rojo de cardenal.Éstas son sus cordiales palabras:
Estimado don José Juan:
Me permito advertirle una pequeña imprecisión en su interesante entrada "¿DOS PRIMADOS?".
El hecho de que no existe primado de Suiza no tiene nada que ver con no querer ofender al resto de regiones de ese país. La razón es mas bien que en la Edad Media, cuando surgieron los primados, Suiza todavía (y hasta la paz de Osnabrück y Münster de 1648) perteneció al Sacro Imperio Romano-Germánico.
El único primado de ese Imperio, el Primas Germaniae era, y sigue siendo hasta hoy, el arzobispo de Salzburgo, ciudad hoy en día austríaca (lo cual, de paso, es la razón por la cual tampoco existe primado en el territorio que hoy forma Alemania).
Ése arzobispo de Salzburgo en su calidad de Primas Germaniae también tiene - y sigue ejerciendo - el privilegio de ser legatus natus (i.e. ex officio, sin nombramiento alguno) de su santidad el Papa, por lo que tiene el derecho de vestir la púrpura cardenalicia sin ser creado cardenal.Ése también es el esmalte del capelo de sus armas, véase http://www.kirchen.net/portal/page.asp?id=10480.
Un cordial saludo,
Gregor Kollmorgen
A lo largo de la exposición de aquella entrada, se propusieron varios ejemplos de primados en diferentes naciones de nuestro entorno.Además se explicó el ingenioso sistema eclesiástico para determinar la categoría a través de borlas y colores que cuelgan de los capelos y se expuso que las excepciones son habituales y hacen que ese sistema resulte muy interesante para el estudio heráldico.Con el ánimo de corregir un aspecto de lo expuesto en aquella entrada y para poner de manifiesto una de las excepciones habituales en el sistema eclesiástico general envía un atento mensaje don Gregor Kollmorgen.
En su mensaje recuerda la existencia del primado del sacro imperio Romano-Gemánico y propone una excepción a la regla habitual de timbre eclesiástico, la del arzobispo de Salzburo, que timbra sus armas con el número de borlas propio de su condición de arzobispal, pero con color rojo de cardenal.Éstas son sus cordiales palabras:
Estimado don José Juan:
Me permito advertirle una pequeña imprecisión en su interesante entrada "¿DOS PRIMADOS?".
El hecho de que no existe primado de Suiza no tiene nada que ver con no querer ofender al resto de regiones de ese país. La razón es mas bien que en la Edad Media, cuando surgieron los primados, Suiza todavía (y hasta la paz de Osnabrück y Münster de 1648) perteneció al Sacro Imperio Romano-Germánico.
El único primado de ese Imperio, el Primas Germaniae era, y sigue siendo hasta hoy, el arzobispo de Salzburgo, ciudad hoy en día austríaca (lo cual, de paso, es la razón por la cual tampoco existe primado en el territorio que hoy forma Alemania).
Ése arzobispo de Salzburgo en su calidad de Primas Germaniae también tiene - y sigue ejerciendo - el privilegio de ser legatus natus (i.e. ex officio, sin nombramiento alguno) de su santidad el Papa, por lo que tiene el derecho de vestir la púrpura cardenalicia sin ser creado cardenal.Ése también es el esmalte del capelo de sus armas, véase http://www.kirchen.net/portal/page.asp?id=10480.
Un cordial saludo,
Gregor Kollmorgen