Al hilo de las anteriores entradas relativas al repaso de algunos de los conceptos del arte heráldico hoy se desea llamar su atención sobre lo siguiente:Existen dos voces propias del lenguaje heráldico que a menudo se olvidan por desuso. Como sabe, improbable lector, para facilitar el blasonamiento, el escudo se divide habitualmente a través de dos líneas horizontales y dos verticales. De esta forma, el campo del escudo queda establecido en nueve áreas diferentes cuyos nombres se reflejan en este dibujo.
El área central del escudo se denomina abismo.
El punto central de la línea horizontal superior de la división en nueve porciones, que en el dibujo se numera con un dos, se denomina punto de honor.
Y el punto central de la línea horizontal inferior, el número tres, se denomina ombligo.
La primera de estas expresiones, abismo, es frecuente. Quizá incluso el punto de honor también. Pero la voz ombligo no es reconocida por muchos heraldistas.Por el contrario al referirse a la derecha o izquierda del escudo, sin usar las expresiones diestra o siniestra, se pretende significar la derecha o izquierda de la armería según se mira, es decir, se trata de una descripción realizada considerando de frente el escudo. Se trata de un uso indebido, solo permitido, por deferencia, ante quien no conoce las expresiones propias del blasón.
Se trata del grifo.
El grifo heráldico no es la pieza de construcción humana que sirve para regular el caudal de una corriente de agua. No. El grifo, en el ámbito de la heráldica, es un animal fantástico, que solo existe en la imaginación de los hombres, formado por cabeza, patas delanteras y alas de águila y resto del cuerpo de león.
Efectivamente muchas de las más encumbradas familias cuentan con un grifo como mueble principal de sus escudos, existiendo diseños de muy buen gusto y de regular factura. 