Habrá comprobado, improbable lector, que quien estas líneas escribe es fácilmente influenciable. Así, se van sucediendo los temas según modas, que vienen determinadas por influencias exteriores evidentes.
Recordará que disfrutar el permiso de verano con la familia en el principado de Cataluña trajo por consecuencia una serie de entradas relativas a diferentes temas relacionados con aquella región: Armerías familiares catalanas como las del barón de Quadras, eclesiales como las de la más antigua parroquia de El Prat de Llobregat, y muchas y variadas entradas más sobre armas de municipios del principado.Posteriormente, influidos de manera evidente por el desarrollo de las clases del curso de ciencias heroicas que venimos estudiando, el blog ha abandonado su primigenia vocación exclusivamente heráldica para acercarse hacia otro objeto principal de estudio y reflexión, el de las corporaciones de carácter nobiliario y el de las genealogías nobiliarias que últimamente nos ocupa.Hoy se desea proponer a su reflexión, improbable lector, un tema que retorna a la original vocación del blog que tiene la deferencia de estar leyendo: La heráldica.Dicen los antropólogos, que nuestra especie ha llegado a dominar la superficie emergida del planeta a consecuencia de su infinita curiosidad. A esa herencia genética que nos impulsa a querer conocer qué hay más allá, qué se esconde detrás o cómo funciona aquello debemos el éxito en la competencia feroz con otras especies, por el dominio temporal de la tierra.
Cumpliendo con ese primigenio instinto, hace ya un año, en marzo de dos mil ocho, curioseando por la red, nos topamos con una página web sobre una abadía benedictina denominada Barroux. Abadía que, como la mayoría de las benedictinas, tan atentas a la tradición y a la liturgia antigua, cumplía con el precepto no escrito de exponer las armas de los prelados que presiden las ceremonias religiosas que se ofician en su interior.Las armas que habitualmente cuelgan tras la sede que existe en la iglesia de la abadía son las del propio abad que la gobierna.Un monje de aquel lugar, el padre dom Bruno Gerthoux, ha tenido la bondad de remitirnos, en francés, una explicación muy pormenorizada y detallista del significado de las armas de su abad, tema que por su gran interés religioso hoy, miércoles de ceniza, día de precepto, y de ayuno y abstinencia, se propone a su consideración, improbable lector.
Este es, traducido y bastante extractado, el interesante texto sobre la explicación simbólica de las armas de dom Louis-Maríe de Geyer d´Orth, II abad de Santa Magdalena du Barroux que uno de sus monjes, el padre Gerthoux, ha tenido la gentileza de remitirnos:Descripción heráldica o blasonamiento
En campo de veinticinco armiños de sable, chebrón formado por rosario de gules, con sus tres cuentas en forma de rosas de gules. En punta torre de oro donjonada de tres torres de lo mismo, con su puerta hueca.
Divisa
Da, per matrem
Ornamentos exteriores al escudo
Báculo puesto en barra y mitra timbrando el escudo
Explicación simbólica
Dom Louis-Maríe, que heredó las armas de su familia, ya que ello era posible, deseó significar esta etapa de su vida y del monasterio con la adopción de un nuevo escudo, al igual que cuando se asumían armas nuevas para un nuevo combate.A pesar de la asunción de nuevas armas, el vínculo con las armas familiares se distingue por la adopción de un rosario de gules colocado en forma de chebrón, que recuerda al rosario de sable del blasón familiar. Estas son las armas de su familia: En campo de plata, rosario de sable. En punta un buitre de lo mismo, membrado y linguado de gules.El origen bretón y el cariño de dom Louis-Maríe por su tierra natal lo demuestra el campo de armiño del escudo. Dicho armiño, emblema de la Bretaña, está representado de una forma muy particular: Por veinticinco armiños. Esta cifra quiere recordar varias fechas que han marcado particularmente la vida de dom Louis-Maríe. Su nacimiento el veinticinco de marzo de 1967, su ordenación sacerdotal el veinticinco de agosto de dos mil, su elección como abad el veinticinco de noviembre de dos mil tres y por fin, su consagración como abad el veinticinco de enero de dos mil cuatro.Por otra parte, el simbolismo del armiño está unido al hecho de que los antiguos habitantes de Bretaña creían que si un armiño caía en un agujero se quedaba paralizado y moría prefiriendo la muerte a la deshonra. Por eso el armiño se ha convertido en el símbolo de la inocencia y de la pureza en la conducta.
Además el armiño caza y mata las serpientes por lo que el arte cristiano lo adoptó como símbolo de Cristo victorioso sobre el mal.El rosario que aparece en las armas del abad simboliza todo un esquema espiritual, el de san Luis María Griñón de Monfort. Su doctrina espiritual puede resumirse en este lema: Ad Iesum per Mariam. La posición misma del rosario evoca esta meditación y esta finalidad: La cruz del rosario de María está en la cúspide.
En cuanto a la torre de homenaje donjonada de tres torres más, figuraba en las armas de dom Gerard, I abad del monasterio. Esta torre dorada, esta domus aurea, es la Iglesia, es María y es también el monasterio cuya puerta abierta representa la hospitalidad benedictina.Concluyendo el simbolismo de las armas del abad, si el armiño representa la fidelidad sin compromisos, la torre reivindica una fidelidad bien establecida, fidelidad a la fe, a la Iglesia y a la herencia monástica recibida de dom Gerard, I abad de santa Magdalena de Barroux. Fidelidad de nuevo evocada por el rosario, que en la posición de chebrón, muestra la estabilidad que confiere la fidelidad de María a la Iglesia.
Para terminar se propone una visita a la página que la abadía mantiene en la red, y a aquella otra entrada de marzo de dos mil ocho sobre el particular.