Se habló hace unos días del exceso en la búsqueda de simbolismo al hacer alusión a las armas elegidas por el recién ordenado obispo de Little Rock.
Hoy se proponen unas nuevas armas episcopales, las del ordinario de Great Falls, en Montana,
para recordar la permanente actualización de esta ciencia al incluir elementos contemporáneos.
Las armas del obispo Warfel, son las siguientes:
Se trata, como es habitual en aquellos territorios, de un partido que recoge las armas de la diócesis en el primer cuartel y las armas elegidas por el monseñor en el segundo.
Las armas de la diócesis ostentan un barrado de azur y plata que quiere ser parlante del nombre de la ciudad: Great Falls, como sabe improbable lector, significa grandes cataratas. Se añaden a este símbolo tres cruces contracargadas, creo que se blasona así, que significan la Santísima Trinidad.
El jefe de plata se carga con un sol saliente de la base del jefe de gules, para significar la posición geográfica de la ciudad, en la desembocadura del río Sol en el río Roe. Estas armas datan de 1904, cuando se creó la diócesis.
En 1980 al erigirse la ciudad cercana de Billings como consede de la anterior se añadió escusón cortado con trébol de sinople en campo de oro, que representa a san Patricio, santo titular de la concatedral y en el segundo cuartel una pila de azur en campo de oro que recuerda el perfil de los acantilados que rodean la ciudad.
Como armas personales monseñor Warfel ostenta un terciado en faja.
Los esmaltes elegidos como campos de las tres fajas conforman, sin la añadidura de mueble alguno, la bandera de Lituania, de donde partieron sus antepasados.
En el primer cuartel, en campo de oro, una rosa de gules recuerda a María Santísima. En el tercer cuartel tres montañas de plata significan la ciudad Juneau, en Alaska, lugar de nacimiento del prelado, a la que solo se puede acceder por aire o por mar.
El segundo cuartel es sobre el que se desea llamar su atención, improbable lector. Presenta en campo de sinople una brújula de oro. La brújula es indudablemente objeto actual, contemporáneo. Aparece en las armas de monseñor Warfel por la simple razón de su afición a las excursiones y acampadas. Al montañismo en definitiva.
Es elemento que da pie a una evidente reflexión: La heráldica no puede considerarse muerta. No debe considerarse fallecida en el comienzo de la edad moderna. Nuestra ciencia es ciencia viva. Y lo es porque se añaden elementos contemporáneos a las armas de nueva creación. Es verdad que los elementos que más comúnmente se representan sobre escudos recuerdan una etapa histórica superada hace siglos, pero también es verdad que con la aparición de cualquier objeto contemporáneo sobre un escudo se mantiene viva esta ciencia. Se actualiza y mejora.