Al hilo de la entrada anterior se han descubierto otros escudos episcopales del mismo autor anterior. Canadiense suponemos, en tanto que todos los obispos son de aquella antigua dependencia británica.El siguiente escudo es de monseñor Daniel Bohan arzobispo de Regina:
El águila con la serpiente atrapada en su pata es un símbolo tradicional de la familia Bohan, de Irlanda. Tiene un cierto sentido de asimilación con la figura de Cristo, que vence a la muerte. La rosa es por York, nombre que Toronto tuvo originalmente y cuidad de nacimiento del arzobispo. La página de origen es esta: http://www.archregina.sk.ca/.
Extraídas de esta página: http://www.dotb.ca/.
Por último las armas del obispo John A. Boissonneau auxiliar de la archidiocesis de Toronto.
Se proponían, hace ya días, las armas de varios obispos que incluían cruces de Tolousse. Uno de ellos, tenía por armas un forro de armiños, cargado con diferentes piezas y muebles.
Del mismo artista heráldico son las armas siguientes:
Por último las del arzobispo Terrence Prendergast, jesuita, ordinario de Ottawa, con la explicación de sus armas en esta página: 

El obispo de Seo de Urgel. Este prelado no explica en su página la causa de elección de los muebles que carga en sus armas, pero posee un elemento que a todos nos llama poderosamente la atención: La corona de príncipe de Aragón que timbra sus armas.
El obispo de Mondoñedo –Ferrol. Para este prelado las armas fueron diseñadas magistralmente por el maestro don Eduardo Pardo de Guevara. La explicación de las causas de elección, aparecen recogidas en esta página:
El obispo de Cuenca. No hemos sido capaces de encontrar la explicación del porqué de sus armas. Pero hay que reconocer que resultan soberbiamente diseñadas. Se acompañan fotos de su ordenación en las que se aprecian sus armas en las ínfulas de su mitra:
Existen diecinueve condados en aquel lejano reino. Se adjuntan algunos de los escudos que los representan. Sus diseños son, en general, como aquel país: fríos.
En cambio, y a pesar de su falta de calor, poseen una evidente virtud, que en estos reinos que forman España no se ha sabido mantener: La evidencia visual, el reconocimiento inmediato sin necesidad de detenerse a contemplar el detalle de unas armas: La simplicidad.

Siendo don Eliezer especialmente devoto del Espíritu Santo, decidió incluirlo en su primer diseño armero, que fue este:
Escribe un mensaje privado un distinguido caballero, ciudadano argentino, don Rolando Ýñigo, para recordar la existencia de una curiosa página. Se trata de un breve armorial, si bien muy completo y exacto, que recoge las armas de los más insignes científicos que en el mundo han sido: 
