Escribía hace unos días el aspirante al sacerdocio, seminarista a punto ya de terminar sus estudios eclesiásticos, don Eliezer Israel Sandoval Espinoza, de Monterrey, en México.
Y escribía para exponer su evolución armera del todo acertada: Su vocación sacerdotal nació, en buena medida, merced al movimiento que conoció en Dublín, denominado Legio Mariae, cuyo emblema es el siguiente:
Siendo don Eliezer especialmente devoto del Espíritu Santo, decidió incluirlo en su primer diseño armero, que fue este:
Posteriormente mejoró el diseño de la paloma que servía como alegoría del Espíritu, quedando su escudo de esta forma:
Pasado el tiempo se decidió a reorientar el sentido de la paloma e incorporar la estrella, que ya san Bernardo de Claraval usó como alegoría de María creando un escudo muy estético, recurrente del momento de la venida del Espíritu. Incorporó, además, la cruz de azur que pretendía simbolizar a Jesús. Escogiendo el azur en razón de la banda azul que vestía en su traje talar como seminarista:
Si bien reparó en que ese diseño exigiría disponer color sobre color y lo abandonó a favor de lo que hoy son sus armas. Simples, estéticas, simbólicas y del todo acertadas. Son estas: