Con la aparición de la heráldica en occidente, en torno a la segunda o tercera década del siglo XII, la moda fue tan absoluta, tan aceptada, tan querida, tan virulenta, que los individuos comenzaron, incluso, a vestir sus propias armas. En las fotos que siguen se comprueba esta tesis en la forma de grupos que, como la Companna, dedican sus ratos de ocio a recrear la vestimenta y costumbres de aquella época. Pero… y hoy, improbable lector: ¿Conoce a alguna otra persona que vista a diario sus propias armas sin el menor pudor?
sábado, 23 de febrero de 2008
viernes, 22 de febrero de 2008
PERTINENTE CORRECCION
Escribe un cordial caballero de honor y devoción de la soberana orden de Malta para corregir pertinentemente el error: En el antiguo imperio de Austria no existe maestre, existe prior. Viene a colación el asunto en relación con la entrada de ayer, día 21 de febrero, relativa al funeral del príncipe soberano.
Además aclara, en relación con la fotografía que presidía la entrada, con absoluto rigor, que al tratarse del soberano no existen armas visibles. Basta con la bandera del estado orden de Malta presidiendo el altar y con el pendón de príncipe a la izquierda del altar.
Agradecidos por la pertinente aclaración, se publica ésta para general conocimiento, improbable lector.
Además aclara, en relación con la fotografía que presidía la entrada, con absoluto rigor, que al tratarse del soberano no existen armas visibles. Basta con la bandera del estado orden de Malta presidiendo el altar y con el pendón de príncipe a la izquierda del altar.
Agradecidos por la pertinente aclaración, se publica ésta para general conocimiento, improbable lector.
Se añade exquisita representación de las armas del príncipe soberano realizada por el extraordinario artista italiano Marco Foppoli y extraídas, sin su permiso expreso, de su página: http://www.marcofoppoli.com/.
jueves, 21 de febrero de 2008
ARMAS EN FUNERAL
Funeral, de cuerpo presente, por el alma del príncipe soberano de la orden de Malta, fray Andrew Bertie:Funeral del maestre de Austria de la misma orden de Malta, hace pocos años: Funeral por el cardenal de York, en la capilla del hospital de la orden de Malta en Londres:Funeral, de cuerpo presente, del extraordinario heraldista eclesiástico australiano McCarthy, de la orden del Santo Sepulcro: Sobran las palabras: Las flechas añadidas a las fotos y la falta de flecha en la primera de todas ellas, es suficiente.
miércoles, 20 de febrero de 2008
BLASONES HISPANICOS
Por segunda vez en la breve vida se este diario heráldico, se propone la visita a la página de don Ignacio Koblischek: http://www.riag.es/index.html, para recorrer el armorial que va confeccionando con su registro de armas nuevas. Se habló de tan ilustre personaje en la entrada del día 2 de octubre de 2007, fiesta de los santos ángeles custodios y conmemoración de la fundación del Opus Dei. Don Ignacio es además administrador, junto a otros igualmente doctos individuos, de la página que recomendamos como foro en castellano de heráldica, para el intercambio de información de nuestra ciencia: http://www.blasoneshispanos.com/php/phpbb2/viewforum.php?f=2&sid=df0a72a4c2c5137b3f1706912813f56f.
martes, 19 de febrero de 2008
GULES PLENO
Las primerísimas armas, entorno a los años 1120-1140, buscaron colorear escudos que llevaban incorporados blocas. Las blocas eran unos refuerzos de metal que aseguraban que, ante los golpes de espadas sobre la superficie exterior del escudo, estos no se deshicieran. Los escudos medievales no estaban confeccionados en metal, sino que eran fabricados con listones de madera que la bloca aseguraba.
Tan habitual era, que la bloca ha sido el elemento que ha determinado las particiones que hoy podemos apreciar en los escudos. Las particiones actuales siguen las líneas de la bloca. Las armas de Navarra, como sabrá, improbable lector, eran de gules plenas, pero solían representarse con bloca superpuesta. Esa bloca es lo que hoy llamamos cadenas.
Las tales cadenas de las Navas de Tolosa son una ficción de siglos posteriores. Las armas que portó el rey Navarro Sancho VII en las Navas eran: En plata, águila de sable. Después de las Navas siguió portando el mismo escudo. No lo varió. Al acabar con este rey la dinastía, el siguiente rey buscó las armas más antiguas que eran las de Sancho VI. Y Sancho VI había llevado unas armas de gules. Gules pleno. Pero al copiar las armas añadió lo que interpretó como parte de las armerías: Una bloca sobre el escudo. La bloca no era mueble heráldico, era refuerzo. Ese, y no otro, es el origen de las cadenas de Navarra. Las verdaderas armas de Navarra se pueden ver hoy, lamentablemente, en el cuarto cuartel del escudo que hoy representa a la comunidad autónoma vascongada: De gules pleno. Lamentablemente porque el gobierno Navarro ha solicitado al gobierno vascongado que suprima dicho cuartel, sin éxito. Realmente es un privilegio contar con un escudo que sea de un solo esmalte. Son las armas más antiguas aquellas que solo tienen un color. Demuestran una antigüedad extraordinaria. Rápidamente se comenzó con particiones, siguiendo las líneas que definían la bloca, como ya se expuso, y posteriormente se añadieron muebles a esas particiones. Entre las armas de un solo esmalte citar las del rey y reino de Navarra, las del duque soberano de Bretaña, que son de armiños pleno, o las antiguas de los Meneses, de oro pleno.
lunes, 18 de febrero de 2008
CASTILLA. EL REINO
Como ya se expuso el veinte de octubre del año anterior, Alfonso VIII fue el primer rey que dispuso sobre sus armas defensivas, esto es, que tomó por armas, un escudo rojo en el que se representaba un gran castillo de color amarillo. El emblema elegido lo que pretendía era diferenciarse del reino, primero de su tío Fernando II y luego de su primo Alfonso IX que, como reyes de León, traían también un solo mueble que llenaba el campo del escudo. Y al igual que en las armas del reino vecino, del que se había separado Castilla, tras la primera unificación, se buscaba un solo mueble que fuera parlante. Es sabido que fue el propio rey Alfonso VIII el que eligió el diseño. ¿Y los esmaltes? Siguiendo al profesor Julio González González, en su obra La vida en Castilla en tiempos del rey Alfonso VIII, Madrid 1954, CSIC- Instituto Salazar y Castro, los esmaltes son copia de los que había traído su amada esposa, doña Leonor de Inglaterra. La reina doña Leonor. A la que la actual infanta, hija de los príncipes de Asturias debe su nombre. Mujer hermosa y cabal. Perteneciente a una familia que dio a la historia personajes casi legendarios: Su padre, el rey Enrique II de Inglaterra, su madre, la reina doña Leonor, primero esposa del rey de Francia a quien dio dos hijas, y esposa después del rey de Inglaterra, a quien dio, además de a su hija Leonor y otros hijos menos conocidos, al rey Ricardo corazón de león y al rey Juan sin tierra. Los esmaltes del campo y los muebles son los mismos en ambos reinos: Castilla e Inglaterra. Cuando, en 1169 el rey conoció a la que sería su esposa, traía ésta las armas que le correspondían por herencia, bordadas en su vestido rojo. Aquel encuentro desembocó en una vida de felicidad compartida entre ambos esposos y la familia que criaron. A pesar de tener hasta quince embarazos datados, a los reyes don Alfonso VIII y doña Leonor, solo sobrevivió un varón de corta edad, el rey Enrique I, que murió de una pedrada en la cabeza siendo aun niño, mientras jugaba con otros chicos. Fue una autentica desgracia y desde luego un gran mazazo familiar la muerte, en Madrid, del infante don Fernando de veintiún años, en 1211, tres años antes de morir el rey Alfonso y la reina doña Leonor. Sí sobrevivieron sus hijas: Doña Berenguela I, esposa, con matrimonio posteriormente anulado por consanguinidad, del rey Alfonso IX de León, su tío. Doña Leonor, esposa del rey Jaime I de Aragón. Doña Urraca, esposa del rey Alfonso II de Portugal. Doña Blanca, esposa del rey Luís VIII de Francia, doña Mafalda y doña Constanza, abadesa del convento de las Huelgas reales. Las armas de Castilla, que con tanto acierto había creado el rey Alfonso VIII, las usaron pues como tales, sin diferenciar, los reyes: Alfonso, su hijo Enrique I y su hija Berenguela I. El hijo de la reina doña Berenguela nunca debió traer por armas las de Castilla en tanto que correspondían a su linaje materno. Sin embargo, todavía hoy el primer cuartel, el más importante del escudo nacional y del rey, es el de Castilla. Y es que la expansión del castillo fue realmente excepcional si se tiene en cuenta que sus hijas, las infantas relatadas más arriba, tomaron por armas las de su padre, pero sin poder trasmitirlas.
En el escudo de Portugal todavía hoy se ven los castillos que en homenaje a su madre añadió en bordura al escudo real el rey de Portugal don Alfonso III, nieto del rey Alfonso VIII. En Aragón, el infante Alfonso, durante un tiempo, añadió al escudo de los palos, bordura sembrada de escudetes con castillos. En Francia, el hijo del rey Luís VIII, don Alfonso de Poitiers, partió sus armas de Francia, el sembrado de lises, con un sembrado de castillos. Y es necesario llamar su atención, improbable lector, sobre la santa capilla de París, que creó el rey san Luís IX de Francia, nieto también de Alfonso VIII de Castilla, para albergar la corona de espinas de Jesucristo, que trajo de Tierra Santa, en la que asombra el recreo visual de la decoración entera de la capilla basada en el sembrado de lises de oro en campo de azur y de castillos de Castilla de oro. Es digno también de ser reseñado que el nombre del rey Alfonso lo portaron sus nietos, los futuros reyes o sus hermanos infantes en media Europa pocos años después. Parece evidente que a consecuencia de la admiración que su persona dejó en la memoria de sus hijas, las reinas consortes de los reinos reseñados.
Y para terminar este tedioso y con aspiraciones a sesudo artículo, analizaremos, improbable lector, qué ocurrió en este reino de Castilla con el castillo. Doña Berenguela, al morir su hermano pequeño el rey Enrique I, heredó el trono de Castilla. Como tal fue jurada y abdicó de inmediato en su hijo Fernando. El que sería Fernando III el santo. ¿Qué ocurría con este rey? Realmente es un caso curioso en la historia heráldica de la Europa medieval: Al acceder al trono castellano en 1217, solo tres años después de morir sus abuelos maternos, su reino era Castilla, pero sus armas, en tanto que hijo del rey de León, eran el león de púrpura. Así, el rey portó desde 1217 hasta 1230 un escudo que, sobre campo de plata, portaba el león púrpura que también portaba su padre, Alfonso IX, el rey leonés, pero siendo rey de Castilla.En las monedas de aquella etapa se da la circunstancia de que en una cara se representaba el castillo de castilla y en la otra cara, se dibujaba al rey a caballo, con sus armas familiares, el león de púrpura. Esta circunstancia extraña, el rey portando un escudo con armas diferentes a las de su reino, solo se da en toda la Europa medieval en otro reino: Aragón, con la cruz de Alcoraz, que se tomó por armas del reino, diferentes de las del rey: Los palos de Aragón. Después el rey dio sus armas al reino. Pero la circunstancia excepcional del rey de Castilla, se solucionó al heredar, en 1230, el reino de León y crear el nuevo escudo cuartelado de los dos reinos. Parece que no fue el propio rey don Fernando quien diseñó las nuevas armas: Fue algún funcionario de su administración. Realmente, el cuartelado de Castilla y León, debe considerarse como unas nuevas armas: Es un diseño nuevo para representar dos reinos en un solo escudo. Ocupando cada reino superficies iguales. Por otro lado, es un cuartelado teóricamente mal diseñado en tanto que las armas paternas ocupan el segundo y tercer cuartel en tanto que el primero y el cuarto, el lugar reservado para las armas paternas, representan las armas de la madre. Esta disposición, ocupando Castilla el primer cuartel y León el segundo, no ha variado desde aquella fecha, 1230, en la historia de estos reinos que hoy son España.
En el escudo de Portugal todavía hoy se ven los castillos que en homenaje a su madre añadió en bordura al escudo real el rey de Portugal don Alfonso III, nieto del rey Alfonso VIII. En Aragón, el infante Alfonso, durante un tiempo, añadió al escudo de los palos, bordura sembrada de escudetes con castillos. En Francia, el hijo del rey Luís VIII, don Alfonso de Poitiers, partió sus armas de Francia, el sembrado de lises, con un sembrado de castillos. Y es necesario llamar su atención, improbable lector, sobre la santa capilla de París, que creó el rey san Luís IX de Francia, nieto también de Alfonso VIII de Castilla, para albergar la corona de espinas de Jesucristo, que trajo de Tierra Santa, en la que asombra el recreo visual de la decoración entera de la capilla basada en el sembrado de lises de oro en campo de azur y de castillos de Castilla de oro. Es digno también de ser reseñado que el nombre del rey Alfonso lo portaron sus nietos, los futuros reyes o sus hermanos infantes en media Europa pocos años después. Parece evidente que a consecuencia de la admiración que su persona dejó en la memoria de sus hijas, las reinas consortes de los reinos reseñados.
Y para terminar este tedioso y con aspiraciones a sesudo artículo, analizaremos, improbable lector, qué ocurrió en este reino de Castilla con el castillo. Doña Berenguela, al morir su hermano pequeño el rey Enrique I, heredó el trono de Castilla. Como tal fue jurada y abdicó de inmediato en su hijo Fernando. El que sería Fernando III el santo. ¿Qué ocurría con este rey? Realmente es un caso curioso en la historia heráldica de la Europa medieval: Al acceder al trono castellano en 1217, solo tres años después de morir sus abuelos maternos, su reino era Castilla, pero sus armas, en tanto que hijo del rey de León, eran el león de púrpura. Así, el rey portó desde 1217 hasta 1230 un escudo que, sobre campo de plata, portaba el león púrpura que también portaba su padre, Alfonso IX, el rey leonés, pero siendo rey de Castilla.En las monedas de aquella etapa se da la circunstancia de que en una cara se representaba el castillo de castilla y en la otra cara, se dibujaba al rey a caballo, con sus armas familiares, el león de púrpura. Esta circunstancia extraña, el rey portando un escudo con armas diferentes a las de su reino, solo se da en toda la Europa medieval en otro reino: Aragón, con la cruz de Alcoraz, que se tomó por armas del reino, diferentes de las del rey: Los palos de Aragón. Después el rey dio sus armas al reino. Pero la circunstancia excepcional del rey de Castilla, se solucionó al heredar, en 1230, el reino de León y crear el nuevo escudo cuartelado de los dos reinos. Parece que no fue el propio rey don Fernando quien diseñó las nuevas armas: Fue algún funcionario de su administración. Realmente, el cuartelado de Castilla y León, debe considerarse como unas nuevas armas: Es un diseño nuevo para representar dos reinos en un solo escudo. Ocupando cada reino superficies iguales. Por otro lado, es un cuartelado teóricamente mal diseñado en tanto que las armas paternas ocupan el segundo y tercer cuartel en tanto que el primero y el cuarto, el lugar reservado para las armas paternas, representan las armas de la madre. Esta disposición, ocupando Castilla el primer cuartel y León el segundo, no ha variado desde aquella fecha, 1230, en la historia de estos reinos que hoy son España.
domingo, 17 de febrero de 2008
LA LEY DEL ESCUDO
Nuestra Carta Magna no recoge el escudo que ondea en nuestra bandera. No fue hasta tres años después, en que por ley orgánica, se definió en términos heráldicos el escudo. Tan extraño resultó aquel lenguaje que fue necesario dibujarlo para que la población entendiera el escudo. Por ultimo, otro real decreto definió los colores. Señalar además que nuestro rey Carlos III, quien creó la bandera actual, la definió como soporte de “mis reales armas”. Es decir no pretendió nada más que el hecho de que la tela que soportaba sus armas, fuera visible a mucha distancia en el mar. Y es que en aquella época, las tres potencias navales, España, Francia e Inglaterra, tenían pabellones blancos: España y Francia telas blancas sobre las que se disponían las armas de sus respectivos reyes. No hay que olvidar que el blanco era el color tradicional de la casa de Borbón. Inglaterra traía una bandera blanca también, con una fina cruz roja de san Jorge, que todavía ostenta. Ante este parecido, en el mar, barcos amigos habían entablado combate y barcos enemigos habían logrado huir evitando guerrear, al no distinguir con claridad las armas de los reyes que se apoyaban en esas telas blancas. Por esta razón, el rey Carlos III eligió un soporte para sus reales armas tan vistoso. Y lo que fue solo soporte, siendo lo importante las armas, se trocó, resultando que hoy lo fundamental es el soporte, olvidando lo que soporta: El escudo del rey. En esta página encontrará, improbable lector, en los enlaces reseñados, los textos exactos de la normativa que regula nuestro escudo: http://www.la-moncloa.es/Espana/ElEstado/Simbolos/Elescudo.htm