sábado, 5 de febrero de 2011

TÍTULOS

SU MAJESTAD EL REY CONCEDE CUATRO NUEVOS TÍTULOS NOBILIARIOS

Por José Luis Sampedro Escolar
Numerario de la Real y Matritense Academia de Heráldica y Genealogía

Don Juan Carlos ha nombrado marqués a Vicente del Bosque González, a Mario Vargas Llosa, a Aurelio Menéndez Menéndez y a Juan Miguel Villar Mir.

El marqués de Del Bosque, seleccionador Nacional de Fútbol y entrenador de la plantilla que obtuvo en 2010 el primer campeonato mundial en esta disciplina para España, nació en Salamanca (que lo nombró Hijo Predilecto) en 1950; es un hombre que goza de unánimes simpatías entre toda la población, que lo respeta, admira y quiere por su bonhomía y afabilidad, al margen de sus glorias deportivas.

El título de marqués de Vargas Llosa, concedido al recientemente galardonado con el premio Nobel de Literatura hispano-peruano, se inscribe en el elenco de dignidades dinásticas otorgadas anteriormente a José Echegaray (caballero de la Orden del Toisón de Oro) y a Camilo José Cela (I marqués de Iria Flavia). Del escritor Vargas Llosa, destaca el decreto de concesión del marquesado de su nombre, su extraordinaria contribución a la lengua y literatura españolas, apreciada universalmente.

El catedrático de derecho mercantil Aurelio Menéndez Menéndez, será el marqués de Ibias, concejo asturiano lindante con Lugo al que está ligado D. Aurelio por entrañables lazos de sus ascendientes. Ex Ministro de Educación, preceptor del Príncipe de Asturias, numerario de la Real Academia de Jurisprudencia, ex magistrado del Tribunal Constitucional, grandes cruces de Carlos III, Alfonso X el Sabio, Mérito Naval y San Raimundo de Peñafort. Premio príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 1994, el decreto de creación de su marquesado alude a sus servicios a España y a la Corona como eminente jurista.

Juan Miguel Villar Mir, creado I marqués de Villar Mir, es Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y licenciado en Derecho, ex Vicepresidente del Gobierno y Ministro de Hacienda con Arias Navarro, caballero Gran Cruz de Carlos III, del Mérito Civil y del Mérito Militar, empresario fecundo, presidente de OHL, en 1987 fundó el Grupo Villar Mir, conglomerado que integra el Grupo Ferroatlántica, Fertiberia, Obrascón Huarte Laín y Grupo Inmobiliaria Espacio. En 1994 fue vicepresidente económico del Real Madrid, con Ramón Mendoza.

viernes, 4 de febrero de 2011

TERCERA OPINIÓN, IDÉNTICO DIAGNÓSTICO: CÓLERA HERÁLDICA CRÓNICA

¿GAVÍN O CÓLERA HERÁLDICA CRÓNICA?


Por el doctor don José María de Montells y Galán
I vizconde de Portadei, en el reino de Georgia
Juez de armas de la Orden de san Lázaro


He leído con cierto detenimiento el documentado estudio de Armand de Fluvià sobre la falsía que representa la baronía de Gavín, ostentada desde la rehabilitación del título por Manuel Fuertes Rojo.
Ya escribí hace tiempo mi opinión personal sobre el personaje (1) y no soy de los que se gozan en hacer leña del árbol caído. No padezco cólera heráldica crónica, no soy tampoco un obseso de la pureza nobiliaria, pues creo que la nobleza está más en el alma que en la sangre, ni tengo otros adversarios que los que se declaran enemigos de la Orden de San Lázaro.
Orden a la que me honro en pertenecer desde hace muchos años, pero me asombra que quienes se han erigido en detentadores de lo genuino, callen ahora tratando de encubrir al interfecto que sigue a la cabeza de respetables instituciones.
Lo lógico sería, una vez descubierta la superchería, invitar al engañador a abandonar las poltronas desde donde ha repartido certificados de autenticidad a unos y otros, y procurar no caer más en la tentación de seguir el sectarismo que caracterizó al ficticio erudito durante todos estos años.

Es ese radicalismo nada académico, el que fatalmente nos enfrenta. Y porque creo que es muy dañino para nuestras ciencias (porque contribuye a su descrédito), me gustaría se erradicase para siempre.
Sin embargo, soy pesimista, nos hemos acostumbrado al guirigay y así nos va.
(1) Otra vez el barón de Gavín. Atavis et Armis, nº 14. Madrid, mayo de 2008. Puede consultarse en la red en www.fundacionsanlazaro.es, pulsando en Gran Priorato de España.

jueves, 3 de febrero de 2011

VOLVER A NAVARRA

Volvimos al reino de Navarra todo el pasado fin de semana, alojados en un cuatro estrellas de verdadero lujo, el Villa de Larraga
Un luctuoso hecho nos convocó de nuevo en Larraga, cerca de Montejurra: El fallecimiento de un tío de mi mujer, don Javier García Oyarzábal, de sesenta y ocho años. Hombre de carácter envidiable: Esencialmente alegre; con una fe tan bien llevada, que siempre andaba atento a lo que más podía agradar a los que estaban a su alrededor; un verdadero amigo de sus muchos amigos. Carácter que ha sabido transmitir a sus hijos Pachi y Begoña con tanto acierto, que incluso lo han perfeccionado.
Conocíamos bien el municipio. Siendo solteros acudimos regularmente a pasar algún tiempo disfrutando de la justamente merecida fama de hospitalarios de las gentes del norte. Merced a los primos de Arancha, mi mujer, llegamos a disfrutar de la familiaridad de su grupo de amigos en aquel lugar. Grupo con el que recorrimos los municipios alrededores de Larraga, en busca de las mejores fiestas.
Por aportar una pincelada de heráldica añadiré que las armas de esta villa de Larraga fueron concedidas, nada menos que en 1507, por el rey don Juan III de Albret, consorte de la última reina titular de Navarra, doña Catalina de Foix según el texto que sigue:

Y les damos por privilegio et libertad por armas, en un campo de oro un pie de raga con tres braças (ramas) de sinople, con sus frutos de gules, para que aquellas puedan tener, honrar y aprovechar a perpetuo.
La casa de los tíos Javier y Pura, inmensa, tan triste ahora, es verdaderamente casa solariega: un escudo hidalgo campea en la fachada externa.
Escudo de finales del siglo XVII, timbrado con yelmo, que exhibe las armas de la casa y de quienes la habitan: banda de oro, engolada en dragantes de lo mismo, linguados de gules, sobre un campo de gules, con un creciente ranvesado de plata en lo alto y una estrella de oro en lo bajo.
Sirva esta entrada como nimio homenaje a la figura del tío Javier, don Javier García Oyarzábal. Persona de tan ejemplar memoria, que no se sabe cómo acertar, si rezando por él, o rezándole a él.

NECESARIA ACLARACIÓN

Al hilo de la anterior entrada, que enmienda otra más antigua, me pide don José Luis Sampedro Escolar, siempre atento a corregir a sus amigos con delicadeza admirable, que aclare lo siguiente:
…en cuanto a lo del Conde de Barcelona, quizá debas advertir a los navegantes que está expuesto el asunto que tú propusiste en la red, para que no den valor a esa información, y no quedar tú como un novelista.
Añado que efectivamente la información la obtuve curioseando en la wiki inglesa, en este enlace: http://en.wikipedia.org/wiki/Infante_Juan,_Count_of_Barcelona.

miércoles, 2 de febrero de 2011

PERTINENTE CORRECCIÓN

CORRECCIÓN A LAS ARMAS DEL CONDE DE BARCELONA

Por don José Luis Sampedro Escolar
Numerario de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía

Mi querido amigo José Juan: para tu buen gobierno, me permito corregirte lo expuesto en el blog acerca de las armas usadas por el Conde de Barcelona.

La composición que aparece en el tapiz que vemos en el retrato reproducido no fue usada por él en sus sellos, membretes, invitaciones, felicitaciones navideñas u objetos de regalo (como pisacorbatas).
Se trata, efectivamente, de sus armas paternas -reducidas a la mínima expresión de Borbón con la bordura de los descendientes de Felipe V (ahora usada indebida y abusivamente por Charles Philippe de Orleáns, sobrino del actual Conde de París)-, partidas con el escusón central de las armas de Doña Victoria Eugenia de Battenberg.
Si nos fijamos bien en la fotografía, vemos, aunque se destaca poco, acolada la cruz blanca de la Maestranza de Zaragoza, corporación que regaló a Don Juan este decorativo tapiz, en el que se representa el palacio donde nació el padre de Su Majestad, La Granja de San Ildefonso (Segovia).
Si bien puede resultar un entrañable recuerdo para la Familia Real, ha de subrayarse que los varones de nuestra Dinastía no han tenido, en los últimos siglos, la ocurrencia heráldica de mezclar la heráldica materna en sus armerías, aunque en la edad media se hizo frecuentemente, y no hay más que recordar que ese es el origen del cuartelado de san Fernando de Castilla y León, que recoge en un solo escudo las armas de su padre y de su madre. 
Parecido es el origen de la bordura de Castilla que introdujo Alfonso III (nieto materno de Alfonso VIII de Castilla) en las armas de Portugal, como muy bien recogiste en tu para nada tedioso blog el 15 de febrero de 2009.
En casi toda la documentación referente a Don Juan entre 1941 (abdicación de su padre) y 1993 (su fallecimiento) aparecen las armas grandes de Alfonso XIII. Unas veces, las más, en su última versión, con las actuales armas de España en el escusón central;
otras, las menos (quizás por error de los encargados de estos menesteres), en su versión antigua, dando prioridad en ese escusón a Castilla y León y relegando Aragón a la periferia del escudo, omitiendo Navarra.

RECIBIDA INVITACIÓN EXTENSIVA A TODA LA COMUNIDAD HERÁLDICA

EL C O L E G I O HERÁLDICO DE ESPAÑA Y DE LAS INDIAS

bajo la presidencia de

S.A.I. y R. el Archiduque D. Andrés Salvador Habsburgo-Lorena

Tiene el honor de invitarle a la presentación del libro

LA NATURALEZA EN LA HERÁLDICA


del que es autor el

Ilmo. Sr. Dr. D. Luís Valero de Bernabé y Martín de Eugenio
Marqués de Casa Real
Colegiado de Número

Dicha presentación estará a cargo del

Excmo. Sr. Dr. D. Alfonso Ceballos-Escalera y Gila
Marqués de la Floresta

El acto se celebrará en el Aula "Marqués de Ciadoncha",
el miércoles 9 de febrero a las 19:30 horas.

El Colegio Heráldico le ruega honrarle con su presencia

C/ Serrano, 114-2° Interior Dcha. 28006 - Madrid

martes, 1 de febrero de 2011

TERRITORIO COMPARTIDO

Me asegura el marqués de Empinar del Codo, que es amigo a pesar de ser asiduo lector de este tedioso blog, y cuyas distinguidas y elocuentes armas de pretensión son las que siguen,
que no debo enfangarme con sesudas reflexiones, que lo mío es más la anécdota y el chascarrillo fácil, que le resultan sin duda mucho más amenos, tanto para él como para el resto de escasos lectores.

Así que le hago caso, que es más antiguo que yo y en esto de la antigüedad en la mili somos muy estrictos, y hoy propongo a su innata sagacidad, improbable lector, una anécdota:

A partir de hoy, uno de febrero, España es más extensa. Poco más. Y tan solo durante los próximos seis meses.
 El siete de noviembre del año 1659, su majestad católica don Felipe IV de España, el rey planeta, firmaba con su sobrino, el monarca cristianísimo de Francia Luis XIV, el rey sol, el Tratado de los Pirineos en la isla de los Faisanes.
Este acto ponía fin a un conflicto entre ambos reinos que se mantenía desde la conclusión, en 1648, de la guerra de los Treinta años. Convenio que quedó inmortalizado en un excelente óleo del pintor galo Laumosnier:
La paz de los Pirineos fue estipulada por los ministros don Luis de Haro, por parte de España y el Cardenal Mazarino, por parte de Francia. Ambos aparecen representados en el cuadro de Laumosnier tras cada monarca.
Don Luis de Haro y Sotomayor, cuyas armas siguen,
fue VI marqués del Carpio y V conde-III duque de Olivares. Hijo de don Diego de Haro, V marqués del Carpio, y de doña Francisca de Guzmán, hermana del III conde-I duque de Olivares, sucedió a su tío en el empleo de valido y en la merced nobiliaria de conde-duque. Recibió además el título de I duque de Montoro como recompensa a los esfuerzos que concluyeron en la firma del tratado.
El cardenal Mazarino, que gastó estas armas,
fue igualmente sucesor de otro famoso valido, el cardenal Richelieu.

El largo proceso que culminó en el pacto de los Pirineos, arrancó con una tregua entre ambos reinos iniciada en 1657. En agosto de 1659 comenzaron las rondas de negociaciones, que tuvieron lugar en la isla de los Faisanes, toda vez que se trataba de un terreno neutral situado en la desembocadura del Bidasoa. Río, entonces como hoy, que sirve de frontera entre España y Francia.
Fue necesario edificar en la isla sendos pabellones de madera para la firma del tratado. El aposentador mayor de palacio, un ya anciano Diego de Silva Velázquez, el pintor de cámara, se encargó de la decoración de la parte española.
Del mismo modo se construyeron dos puentes que unieron el enclave fluvial con Francia y España.
El acto protocolario de encuentro entre los dos monarcas, con más solemnidad que en la actualidad, requirió de ambos que, de rodillas ante un crucifijo, juraran la paz y el compromiso de respetar las cláusulas del Tratado.
Tratado que incluyó desfavorables condiciones territoriales para España que cedió el Rosellón, región hoy llamada Cataluña norte, y la alta Cerdaña, estableciéndose la frontera francoespañola a través de la línea de los Pirineos.

A pesar de que el joven monarca galo juró el mantenimiento de los usos tradicionales de la población catalana de los territorios del Rosellón y la Cerdaña, a los pocos meses prohibió la utilización de la lengua vernácula, más allá del ámbito familiar, a sus nuevos súbditos. Veto lingüístico que perdura en la actualidad en aquellas regiones.
Una de las cláusulas iniciales del tratado requería el matrimonio entre el rey Luis XIV y la hija mayor del monarca español. El acuerdo no se alcanzó años antes, a pesar de la voluntad pacificadora de ambos validos, como consecuencia de ese particular punto. La infanta María Teresa era entonces princesa de Asturias.
El nacimiento del primero de sus hermanos en 1657, Felipe Próspero, permitió concluir el acuerdo, añadiéndose la necesaria renuncia de la infanta a sus derechos al trono de España. Renuncia que fue obviada con el advenimiento al trono de Madrid de su nieto, el rey don Felipe V de Borbón.
Se solicitó dispensa papal para poder acordar el enlace matrimonial dado que los cónyuges eran primos hermanos, tanto por parte de padre, como de madre.
Habiendo sido avezado estudiante en la prestigiosa Universidad de Alcalá, durante el propio acto de convenio entre ambos reyes se recurrió al cardenal Mazarino como intérprete.
Un año después, en otro acuerdo consecuencia del expuesto, España cedió a Francia treinta y tres pueblos, quedando excluido Llívia por ser una villa. Villa que aún hoy es enclave español dentro del territorio francés.
Para concluir, reseñar que en la actualidad la isla de los Faisanes es un islote fluvial del río Bidasoa cuya soberanía es compartida entre España y Francia.
El dominio efectivo es ejercido alternadamente durante seis meses. Así, desde hoy, uno de febrero, y hasta el treinta y uno de julio, queda bajo jurisdicción española y desde el uno de agosto y hasta el treinta y uno de enero del siguiente año, el dominio corresponde a la administración francesa.