lunes, 28 de noviembre de 2011

PRELATURA PERSONAL

La Iglesia ordena todo su entramado administrativo en razón a un criterio geográfico estricto. Así, las parroquias tienen límites exhaustivos. La agrupación de parroquias definen los arciprestazgos. La agrupación de arciprestazgos define una diócesis y finalmente la unión de diócesis define una archidiócesis. De esta forma, salvo que una persona vagabundee de un lado a otro permanentemente, todos los cristianos pertenecemos a una parroquia y, por extensión, a un arciprestazgo, a una diócesis y a una archidiócesis.
Pero existen excepciones. Los militares españoles, junto a sus familias, no pertenecemos a una parroquia en razón al domicilio. No. Dada la elevada movilidad geográfica que exige nuestra profesión, los militares pertenecemos a una archidiócesis personal: el arzobispado castrense.
Hoy se expondrán las armas de mi arzobispo, monseñor del Río. Armas que, es un criterio particular, resultan manifiestamente mejorables: un terciado en palo, entado en punta, con bastante poco acierto. No añado más. Me limito a exponer las armas: