lunes, 28 de febrero de 2011

POSIBLES ARMAS DE LOS NUEVOS MARQUESES, Y III

Para dar conclusión a las entradas con idéntico título se expone un somero argumento:

Ha llamado la atención en determinados sectores sociales el título otorgado a don Vicente del Bosque. Sus orígenes, de dignísima extracción social popular; su ausencia de envaramiento a pesar de los logros alcanzados al frente de la tarea que se le encomendó en la selección nacional de fútbol; y el escaso respeto que merece el deporte en España, han contribuido a considerar sorprendente, por excesivo, su merecido acceso a la nobleza.

Se reitera parte de un texto ya expuesto en este tedioso blog. Pretende reflexionar en dos pinceladas sobre la bondad de la concesión de títulos a los españoles que se puedan hacer acreedores de tales mercedes. Para ello se recurre al sistema premial comparado entre nuestro reino, España, y Gran Bretaña:

Tony Blair alcanzó a ser primer ministro de Gran Bretaña en 1997, abandonando el puesto en 2007.
A pesar de ser miembro del partido laborista, la izquierda política de aquellas tierras, se concedieron durante su gobierno nada menos que trescientos cincuenta y siete títulos nobiliarios.
Ese acierto viene a demostrar que se trataba de un representante político que sabía reconocer los méritos de los individuos que se hicieron acreedores de tales premios, proponiéndolos como acicate a la sociedad en su conjunto para lograr el necesario progreso social.
Frente a los trescientos cincuenta siete títulos que se concedieron en Gran Bretaña entre los años 1997 y 2007, en España se han otorgado, durante los treinta y cinco de años de feliz monarquía actual, tan solo cuarenta y cinco. Estos datos arrojan una media de treinta y cinco títulos anuales creados recientemente en Gran Bretaña. En España algo más de uno por año.