lunes, 15 de febrero de 2010

LAS ARMAS DE DON RODRIGO XIMÉNEZ DE RADA

Responde a un mensaje previo don José Antonio Vivar del Riego, quien más sabe hoy sobre la heráldica del completo episcopologio hispano, contemporáneo e histórico.

Interrogado sobre las armas del que fuera amigo y confesor del rey Alfonso VIII, el arzobispo primado don Ruy Ximénez de Rada, envía estas líneas:

Querido amigo:

Al arzobispo don Rodrigo Ximénez de Rada, se le atribuyen como armas un castillo de oro en campo de sinople. Eso sí, no tengo datos para confirmarte si fue el escudo que realmente utilizara o bien pueda tratarse de armas atribuidas posteriormente en la galería de retratos de la Sala Capitular de la Catedral de Toledo.En cualquier caso, principios del siglo XIII me parece una época muy temprana para considerar que se trate de armas episcopales como blasón personal de un prelado en su condición de tal. Es más lógico pensar que la heráldica eclesiástica de tal época refleja la utilización por clérigos de sus meras armas familiares.

Por si resultase significativo, puedo comentarte que hasta el momento sólo tengo información sobre heráldica de trece obispos anteriores a Ximénez de Rada en España, varios de los cuales sospecho que no sean sino atribuciones sin documentar en galerías de retratos de palacios episcopales. Como sabes, no son pocas diócesis las que cuentan con estas galerías de retratos, buen número de las cuales se inician con los de prelados varios siglos anteriores a su realización. Si los artistas se documentaron convenientemente en los archivos diocesanos, entonces las pinturas reflejarán blasones reales, si bien representados al gusto de la época del cuadro; caso contrario, los blasones más primitivos serán tan ficticios como la fisionomía del obispo retratado.Otro dato que puede resultar significativo es que en la diócesis de Osma, de la que también fue titular D. Rodrigo, el primer obispo del que tengo escudo documentado (sin contar a Ximénez de Rada) es el de D. Pedro Fernández de Frías, que ocupó la sede a partir de 1379, siglo y medio después que nuestro prelado.

Un abrazo,

José Antonio Vivar