viernes, 6 de noviembre de 2009

LAS CADENAS

Envía unos párrafos el soi-dissant marqués de Utrera para aclarar el asunto de las cadenas que se exponía ayer mismo. Estas son sus atentas palabras:A pesar de la buena voluntad de tu artículo, en realidad las cadenas significaban una exención de fuero, es decir, que quien se refugiaba en el recinto cercado de las cadenas adecuadas se sometía a su fuero jurisdiccional especial: la iglesia, la universidad o el rey. Las cadenas que rodeaban (y aún rodean) las catedrales delimitaban el punto hasta donde se ejercía tal jurisdicción.

La costumbre señala que si el rey pernocta en una casa (no vale con tomar sólo cafe o café solo -que no es lo mismo) sino que ha de dormir allí (si no dormir, pasar la noche, que él sabrá cómo le divierte más hacerlo), se posee el derecho a colocar cadenas en la fachada.

Palabras del marqués de Utrera que coinciden con las líneas remitidas amablemente por el sedicente barón de Sórvigo, que son las que siguen a continuación:En tiempos oí que las cadenas se disponían cuando el rey pernoctaba en un lugar. Si se dispusieran sobre las fachadas de los edificios por la mera entrada del rey ¿cuántos restaurantes de Madrid no tendrían cadenas a tutiplén?

De hecho, en Soria sólo conozco cadenas en la fachada del palacio de los Marichalares, que es donde pernoctó Alfonso XIII en su visita a la ciudad.