jueves, 17 de septiembre de 2009

CIMERAS, TENANTES Y OTROS USOS HERÁLDICOS

Envía unas líneas el heraldista y amigo cartagenero don José Antonio Padilla Solano, antiguo colaborador de este espacio que, como recordará improbable lector, trae por armas las que siguen:Hola José Juan:

Te escribo estas líneas porque me gustaría hacer un par de incisos acerca de las palabras de D. Juan Cartaya y Baños, publicadas ayer en tu blog. También adjunto unas imágenes que pueden resultar de interés al hilo de mis comentarios

En primer lugar, me gustaría saber en qué obras se basa el Sr. Cartaya para afirmar que todos estos adornos exteriores (cimeras, tenantes, soportes, divisas, gritos de guerra...) desaparecieron de la heráldica española, según él “con los trabajos de los heraldistas posteriores del XVII y XVIII”. A modo de contra-ejemplo, citaré algunas referencias bibliográficas de los S. XVII, XVIII, XIX y XX, escritas por heraldistas españoles, en las que se puede comprobar que estos elementos siguieron utilizándose:- En el libro “Discursos de la Nobleza de España” escrito por D. Bernabé Moreno de Vargas (año 1.622), en su discurso vigésimo, página 105, nos habla de las cimeras y su origen. En el discurso vigésimo tercero, página 118 vuelve a hablarnos de las cimeras.- En el libro “Dialogos de las armas i linages de la nobleza de España” (sic) escrito por D. Antonio Agustín, Arzobispo de Tarragona (año 1734), en su diálogo I, página 13 nos habla de las cimeras y su uso.- En el libro “Compendio Heraldico. Arte de escudos de armas segun el methodo mas arreglado del blason, y Autores Españoles” (sic) escrito por D. Pedro José de Aldazaval y Murguia (año 1.775), en su libro II, Capítulo III, página 193 nos habla profusamente sobre las cimeras. Más adelante, en el libro II, capítulo IV, página 206 nos habla sobre los tenantes y los soportes; en la misma página también trata sobre las divisas; y en la página siguiente, nos habla de la voz de guerra.- En el libro “Nobiliario de los Reinos y Señoríos de España” de D. Francisco Piferrer (año 1.857), en su tomo I, aparecen las Armas Reales:Como puede apreciarse, el Escudo Regio cuenta con cimera, tenantes, divisa y grito de guerra. En la página 5 del mismo libro, se tiene el apartado “Esplicacion del Escudo de Armas de España, con todos sus adornos, timbres y divisas” (sic), donde se blasona el mismo, además de contar con una reseña histórica.- En el libro “Tratado de Heráldica y Blasón” de D. Francisco Piferrer (año 1.858) se dedica un capítulo a las cimeras, lección XIII “De las cimeras”, y también se dedica otro a los tenantes y a los soportes, lección XX “De los tenantes y soportes”. En las láminas del libro, aparecen ejemplos de tenantes y soportes (figuras 94 y 116) y ejemplos de cimeras (figuras 93 y 106).- En el libro “Diccionario Histórico, Genealógico y Heráldico de las Familias Ilustres de la Monarquía Española” escrito por D. Luis Vilar y Pascual, Cronista Rey de Armas de S.M. Isabel II, (año 1.859) en su tomo I, capítulo “Ornamentos esteriores del escudo” (sic), página 122, habla sobre las cimeras; en la 127, sobre los tenantes y soportes; también en la 127 sobre las divisas; y en la 128 sobre el grito de guerra. En la lámina 14 encontramos un ejemplo de tenante (figura 27), de soporte (figura 28), de divisa (figura 29), y de grito de guerra (figura 30).- En el libro “Fundamentos de Heráldica (Ciencia del Blasón)” de D. Vicente de Cadenas y Vicent, Cronista Rey de Armas, (año 1.994) en su capítulo 14 “Adornos”, página 168, nos habla de las cimeras. En el capítulo 15 “Emblemas”, página 172, nos habla sobre los tenantes, soportes y sostenes; y en la página 176, sobre los gritos de guerra y las divisas.

Respecto a estos adornos exteriores, el único inciso que hace D. Vicente de Cadenas en su citado libro, es (refiriéndose a las cimeras): “En la Heráldica española es un ornamento muy poco usado, mientras que en la alemana y en la inglesa su empleo es corriente y hasta en algunos casos fundamental, dándose mayor importancia a la cimera que a todos los demás elementos exteriores del escudo”. En cambio, respecto a tenantes, soportes, divisas y gritos de guerra, no hace comentario alguno de esta índole.

Estaríamos hablando de porcentajes estadísticos, ya que su uso sería una opción minoritaria frente a otra mayoritaria, pero no por ello dejaría de pertenecer a la heráldica española. Tampoco sería más válida una opción respecto a la otra. También me gustaría lanzar una pregunta al aire. ¿Los escudos de ciudadanos españoles con estos adornos exteriores no pertenecen a la heráldica española? ¿A qué heráldica pertenecen entonces?

En este punto, también se podría comentar que el uso heráldico mayoritario que se hace en la heráldica española es el de la usurpación de armas, favorecida por la venta en tiendas o por internet de pergaminos con escudos, haciendo creer erróneamente que los escudos pertenecen al apellido y no a un linaje. Este uso es mayoritario frente al uso legítimo, pero no creo que por ello sea más correcto. Ya puestos, también es mayoritario en España el uso como timbre del casco de hidalgo por personas carentes de hidalguía, pero creo que eso tampoco lo hace preferible al uso legítimo.

En segundo lugar, tampoco estoy de acuerdo cuando el Sr. Cartaya establece una relación de causa-efecto entre la ausencia de la figura del Cronista Rey de Armas y el uso de estos adornos, cuando el uso de los mismos ha sido siempre libre (ver "Fundamentos de Heráldica" de D. Vicente de Cadenas). Estoy totalmente convencido de que, de haber Cronista Rey de Armas, no habría impedimento alguno, ni legal ni por costumbre, para impedir su registro.

En tercer lugar, me gustaría saber qué problema hay respecto a la innovación en heráldica. Volviendo al citado libro de D. Vicente de Cadenas, en su portada aparece un escudo que se blasonaría como “en campo de oro, una locomotora de vapor de sinople” y otro que se blasonaría como “en campo de sinople, un sembrado de aviones de oro”. ¿Acaso estos escudos no serían igual de válidos porque en la Edad Media no existían los trenes ni los aviones?Por último, quiero hacer constar que las palabras del Sr. Cartaya se basan en una cuestión meramente de gusto y sin base científica, por tanto, y como se suele decir, “para gustos, los colores”. Hay quienes prefieren decorar su casa con sus armas mediante un escudo de madera pintado de forma gótica, y otros que prefieren tener sus armas en un óleo sobre lienzo en estilo barroco. También los hay que ponen su escudo de piedra en la fachada sin pintar y otros que lo pintan. ¿Acaso una opción es más española o más válida que otra? Yo creo que no. Y también creo que, ya que somos cuatro gatos los aficionados a este mundillo, nos iría mejor si nos dedicásemos a fomentar la heráldica en la sociedad en lugar de andar criticándonos los unos a los otros.

Un abrazo,

José Antonio Padilla Solano.